Daniel Pi
@BastionBoxeo

Produciéndose el combate en un descampado en un país al borde del colapso y en un cartel organizado con la colaboración de un experto en triquiñuelas como Don King, se podía esperar que el encuentro tuviese una cierta cantidad de polémica, si bien las expectativas en este sentido incluso se vieron sobrepasadas. En cualquier caso, el objetivo de King fue cumplido, ya que ayer en Kinshasa (República Democrática del Congo) su boxeador, el congoleño Ilunga Makabu (27-2, 24 KO), logró coronarse campeón mundial WBC del peso crucero capturando el cinturón vacante con una cuestionable decisión unánime (116-111, 115-111 y 114-112) ante el coaspirante polaco Michal Cieslak (19-1, 13 KO) que, aunque por su pasado en el dopaje no sea precisamente una víctima de la que apiadarse, el caso es que lo tuvo todo en contra.

Según informan medios polacos, antes de que se iniciase el combate, el equipo de Cieslak padeció un robo en el hotel de unos 500 € destinados a sustentar a todos los miembros en la estancia en el Congo, teniendo problemas para recibir más dinero por la difícil posición política y económica del país. Además, parte de la bolsa del contrato sólo se pagó, incumpliendo los términos, unas horas antes del combate, decidiendo el promotor de Cieslak y algunos de sus acompañantes, viendo la situación, abandonar el país a la carrera una vez que lo recibieron.

Posteriormente, con el encuentro ya iniciado, Cieslak comenzó bien, atacando a su rival con el jab y con directos y ganchos diestros tanto arriba como abajo, golpes que siguió conectando en los siguientes asaltos aunque ya no tanto poseyendo la iniciativa, sino más lanzándolos al contragolpe. Makabu estaba teniendo problemas y una derecha le estremeció, dificultades que no parecieron pasar por alto para el encargado del tiempo de round, que decidió que el tercer asalto, en lugar de durar 3 minutos durase sólo 2, dando un tiempo valiosísimo para el congoleño.

De hecho, en el cuarto asalto, Makabu consiguió rebotar anotándose un knockdown, si bien este fue, como no, también polémico. Al recibir un flagrante golpe bajo, Cieslak se giró pareciendo que dio por hecho que el árbitro le daría tiempo para recuperarse, o que directamente había creído escuchar tal instrucción del árbitro. Sea como sea, el caso es que, cuando estaba de espaldas a su adversario, Makabu le asestó una izquierda cerca de la nuca, propinándole otra más cuando Cieslak se giró protestando. Con todo, el tercer hombre, hizo cuenta. Sin duda, Cieslak debió protegerse en todo momento y no dar nada por sentado, pero el árbitro debió ser infinitamente más diligente en este momento y en muchos otros.

Pese a los problemas, Cieslak todavía tuvo éxito en el quinto y en el sexto round, logrando en el primero de estos anotarse un knockdown al hacer que Makabu tocase la lona al ser desequilibrado por un uppercut zurdo y un gancho diestro (aparentemente, este último llegó en la parte trasera de la cabeza de Makabu, que la giró al recibir el primer golpe de la combinación). No obstante, pese a que se mostró bastante cansado unos instantes antes, el local logró hacer que desde el séptimo asalto la pelea entrase en una situación favorable para sus intereses, atacando sostenidamente contra un Cieslak mucho rato en las cuerdas y que tuvo que resistir golpes de poder del noqueador en directo, gancho y uppercut verdaderamente potentes.

Sin embargo, evidenciando los dos un encaje tremendo, extrañamente superior al de anteriores ocasiones, ambos lograron soportar el castigo, consiguiendo el visitante encontrar un segundo aire en los últimos asaltos con el que, a base de contraataques, detuvo la remontada de su adversario y pareció certificar su triunfo. De todos modos, después de una larguísima espera para que se sumasen las cartulinas, los jueces le otorgaron el triunfo a Makabu, dándole una de las tarjetas sólo tres asaltos a Cieslak, algo injustificable.

Es de esperar que el equipo de Cieslak presente una protesta, aunque la decisión del WBC, teniendo en cuenta varios precedentes de arbitrariedad, no necesariamente terminará siendo la justa. Ciertamente, una revancha en terreno neutral sería el escenario ideal, más aún habiendo ofrecido ambos púgiles un tremendo esfuerzo y una pelea, como se esperaba, llena de intercambios y golpes de poder

Dejando de lado la posibilidad de un duelo de desquite, teniendo contrato Makabu con un Don King que en los últimos años ha destruido la carrera de varios de sus escasos boxeadores con sus decisiones y sus argucias, cualquier previsión racional respecto a su reinado es arriesgada y el optimismo debe ser moderado.