Daniel Pi
@BastionBoxeo

Este sábado en el Liacouras Center de Philadelphia (Estados Unidos), un estadio poco habitual para veladas boxísticas, el campeón mundial WBO del peso supergallo Jessie Magdaleno (25-0, 18 KO) disputará una prueba de fuego a la continuidad de su reinado, y no lo hará precisamente en las mejores condiciones. Y es que en los últimos dos años y medio, desde que se coronó con una buena actuación ante Nonito Donaire en noviembre de 2016, ha disputado una única pelea, que en realidad no supuso prácticamente ningún rodaje, dado que la realizó ante un boxeador muy modesto y sólo duró dos asaltos.

Así, añadiéndose a ello una lesión que le impidió realizar su defensa obligatoria en noviembre ante César Juárez, es una incógnita cuál será su estado actual y, sobre todo, si éste será el necesario para medirse a un temible rival, el ghanés Isaac Dogboe (18-0, 12 KO), quizás la mayor promesa actual del boxeo africano y un boxeador con una excelente combinación de técnica y potencia. Precisamente, a la vez que el descrédito de Magdaleno se acumulaba por su falta de defensas y por el hecho de que muchos consideraron que su lesión sólo era una excusa para evitar al aguerrido mexicano, Dogboe dio un gran salto en su trayectoria y vio disparada su cotización al demoler en cinco asaltos al citado Juárez en un duelo eliminatorio.

De todos modos, aunque la presión mental podría estar afectando a Magdaleno, que cada vez perdía más apoyos mientras Dogboe estaba en el punto culminante de su moral, unas declaraciones del padre y entrenador del boxeador ghanés dieron un vuelco a la situación. Las palabras de éste, que han levantado una gran controversia, fueron las siguientes: “Esperamos que Magdaleno no corra como un gallina, esperamos que dé el peso y no ponga excusas porque estamos listos para él. Estamos listos para comérnoslo como un pollo, hacer que corra como un “pollo loco”. Estamos concentrados y nuestra única misión es devorarlo, comernos a la gallina loca, lanzarlo por encima del muro de la frontera con México y presentar nuestro título a Donald Trump”.

Tales afirmaciones enervaron a los estadounidenses de origen mexicano hasta tal punto que, tras las disculpas del entrenador Paul Dogboe, pareció que todo ello habría podido tener un efecto desmoralizador en el joven Dogboe, de 23 años en este primer mundial de su carrera. Muy lejos de moderarse, el retador ha optado por huir de la controversia hacia delante, convirtiendo la conferencia de prensa en una ocasión para provocar a Magdaleno, que terminó por entrar en el juego de descalificaciones a pesar de que hasta ahora se había mantenido cauteloso en sus palabras.

Más allá de la polémica y de la buena venta de entradas que ésta ha causado, se prevé un sensacional campeonato entre ambos contendientes, estando las apuestas bastante igualadas. Difícil será que Magdaleno, ante un boxeador de corte técnico pero muy agresivo, haga otra cosa que mantenerse en su habitual táctica de abrir al máximo el ring, elegir astutos contragolpes y realizar entradas y salidas con sus rectos. Dado que la velocidad de manos del aspirante es muy notable y posee variados recursos, Dogboe podría anotar buenos golpes de poder, pero debería centrarse en guardar energías para la segunda mitad, en la que Magdaleno suele aflojar el ritmo claramente. Sea como sea, probablemente el duelo se decida en buena parte en la pugna entre el fantástico gancho zurdo al torso de Dogboe y el gancho diestro al contragolpe sobre este mismo golpe por parte del zurdo campeón, pudiendo estar el triunfo en manos de quien consiga anular el hook adelantado de su rival para imponer el suyo.

En la ceremonia de pesaje, Magdaleno dio el límite del peso supergallo, 55,3 kg, y Dogboe dio 55,0 kg, por lo que todo está listo ya para el combate.