Daniel Pi
@BastionBoxeo

Antes del cierre definitivo del año boxístico el domingo con una formidable velada con tres interesantísimos mundiales, este sábado se producirán en el Yokohama Cultural Gymnasium de la ciudad de Yokohama (Japón) dos campeonatos más. De todos modos, este evento resultará a priori de menor calidad que el que le sucederá, ya que, a diferencia de los choques del domingo, sus protagonistas disputarán, teóricamente, test asequibles para su nivel.

El adiós al supermosca de Inoue
Se apuntaba desde inicios de este año que el monarca WBO del peso supermosca Naoya Inoue (14-0, 12 KO) (EN LA FOTO) podría concluir el 2017 en el peso gallo, previsión que, si bien no se ha cumplido, ha estado muy cerca de la realidad, dado que recientemente se ha confirmado que a partir de 2018 militará en dicha división. Este movimiento puede resultar un jarro de agua fría para quienes deseasen verlo enfrentarse a la élite de los peso supermosca, en concreto, al ganador del encuentro entre Wangek y Estrada, pero también abre el camino a cruces de gran calidad. Y es que, teniendo en cuenta que la WBO nombra automáticamente como retadores obligatorios a sus campeones que ascienden de división, es de esperar que Inoue pueda medirse al formidable Zolani Tete, titular del peso gallo por la Organización Mundial de Boxeo que ha manifestado su disponibilidad para combatir contra “Monster”.

Precediendo a esta u otras pugnas que podrían expandir el prestigio de la principal estrella del boxeo nipón, Inoue realizará una prueba ante el francés Yoan Boyeaux (41-4, 26 KO), un púgil acostumbrado a pelear en el peso gallo, con fortaleza física y que, por contar con seis centímetros más de altura y siete de alcance, le dará una referencia de a qué tendrá que hacer frente en el futuro. No obstante, aunque además de su ventaja en estatura cuenta con una buena mano derecha en directo y croché, una apreciable pegada y el triple de peleas, Boyeaux está muchos peldaños por debajo de Inoue en cuanto a técnica, velocidad, recursos y potencia de golpeo. Asimismo, desde que dio un positivo en control antidopaje ante Karim Guerfi en 2013 no ha vuelto a medirse a un boxeador ni siquiera del nivel nacional francés, acumulando victorias en su mayoría ante púgiles modestísimos.

Por todo ello es de esperar que los rapidísimos pasos de Inoue, su tremenda precisión y su temible golpeo al torso, que se verá facilitado por la guardia cerrada y alta del aspirante, le permitan desdibujar con sus entradas y salidas a un Boyeaux bastante limitado, que no tiene la mejor colocación de piernas y que tendrá prácticamente como única opción encontrar una inesperada mano de poder diestra.

Al igual que en sus anteriores siete peleas en el peso supermosca, Inoue superó su paso por la báscula dando el límite exacto de la división, 52,200 kg, marcando por su parte Boyeaux la cifra más baja registrada de toda su carrera, 51,500 kg.

El fin de un gran año para Shiro
Cuando comenzó la presente temporada Ken Shiro (11-0, 5 KO) era un boxeador muy prometedor pero que, contando entonces con sólo nueve peleas, parecía encarar con algo de precipitación su primer mundial, además ante un durísimo mexicano como Ganigán López, campeón WBC del peso minimosca. Los hechos no sólo demostraron que estaba listo para afrontar este reto e incluso superarlo sino que, con una posterior victoria ante Pedro Guevara, Shiro se afianzó como uno de los grandes rivales a batir en el peso minimosca al haber derrotado a dos de los boxeadores más complicados de la categoría. Es posible argumentar que sus triunfos fueron ajustados, pero con bastante menos de cien rounds a sus espaldas había mostrado sin duda alguna sus capacidades ante dos campeones mundiales.

Así, siendo consciente su equipo de que pueden tener bajo su mando a un posible icono japonés, que necesita todavía mucho bagaje pero también una momentánea disminución en la exigencia respecto a sus últimas subidas a un ring, se decidió que realizase su tercera pugna en siete meses ante el panameño Gilberto Pedroza (18-3-2, 8 KO). Los principales puntos débiles de Shiro han sido sus comienzos lentos y su escaso ritmo, algo que se verá obligado a cambiar ante un Pedroza que inicia los encuentros con mucha agresividad y cadencia. Sin embargo, si Shiro ha demostrado algo es su astucia, desproporcionada respecto a su edad y experiencia, y su buena capacidad para adaptarse a los escenarios planteados por sus contrincantes, siendo además el aspirante mucho menos peligroso con el paso de los asaltos, de modo que si el japonés logra usar sus contragolpes para sostener los envites iniciales de Pedroza debería poder establecer un firme dominio y lograr su segunda defensa, quedando emplazado a un duelo de revancha ante el retador oficial, precisamente el citado Pedro Guevara.

Shiro paró la báscula en 48,600 kg y Pedroza en 48,800 kg, ambos por debajo del límite del peso minimosca de 49 kg.