Carlos Utrilla
@CJBoxing

Vasyl Lomachenko (6-1) y Nicholas Walters (26-0-1) disputarán el sábado por la noche, en el Cosmopolitan de Las Vegas, uno de los que a priori puede considerarse como combates del año. Dos estilos diferentes que permiten hablar, con amplios matices, del clásico choque entre “estilista” y “fajador”, el hombre técnico contra el pegador. Será la primera defensa del cinturón superpluma WBO para el púgil ucranio, título que arrebatara espectacularmente al puertorriqueño Román “Rocky” Martínez.

Nacido para el éxito

Ambos púgiles han llegado hasta este punto de manera muy diferente. Lomachenko, de 28 años, tuvo una portentosa carrera amateur que le encumbró como uno de los mejores púgiles del mundo AIBA: dos Juegos Olímpicos, dos mundiales y un alucinante récord de 396 victorias y una sola derrota (en 2007 ante el ruso Albert Selimov). Tras Londres, y cuando ya empezó a hablarse con insistencia de él, participó en las WSB, obteniendo otras seis victorias (una muy cerrada contra el propio Selimov).

Al profesionalismo llegó dispuesto a batir el récord de Muangsurin, quien había logrado ser campeón mundial en su tercera pelea. Sin embargo, se encontró con Orlando Salido, quien no dudó en recurrir a cualquier artilugio para evitarlo (desde llegar muy pesado de peso renunciando al título, a convertir el combate en una sucesión de golpes bajos ante la permisividad arbitral). Sí conseguiría empatar el récord, pues en su tercer combate derrotó a Gary Russell Jr para conquistar la corona pluma WBO. Desde ese momento, Lomachenko ha tenido una serie de peleas ante buenos rivales (aunque no de primera fila) que eran necesarias para ir afianzándose en el boxeo profesional. Además, con la victoria ante Martínez se convertía en el púgil de menos peleas en ganar títulos mundiales en dos categorías (siete).

El boxeo de este zurdo es de los más preciosistas vistos nunca. Velocidad endiablada, desplazamientos dignos de ballet de alta escuela, movimientos laterales al alcance de pocos y… no carece de pegada: algo muy importante. Como lo es el “deseo de agradar”, es decir, con un boxeo tan técnico como el que tiene podría ganar combates fácilmente a los puntos, sin asumir riesgos. Pero Lomachenko (a diferencia de otros hombres como Rigondeaux), sabe que las grandes bolsas llegan cuando se le da a quien paga (público estadounidense) lo que le gusta. Una mayor recompensa, pero un mayor riesgo. Y viceversa.

Hecho a sí mismo

Por su parte, Nicholas Walters es un hombre hecho a sí mismo en el profesionalismo, donde ha ido labrándose un nombre importante. Su carrera la inició en Panamá, en 2008, y tras pelear por títulos regionales de la WBA, la gran oportunidad llegaría en Diciembre de 2012: en el marco de un Festival KO a las Drogas, celebrado en su país, se proclamó campeón pluma de este organismo. “Axe Man” Walters no pudo encontrar financiación para defenderlo, pero gente de Top Rank ya había puestos los ojos en él.

En USA se daría a conocer universalmente cuando noqueó a Nonito Donaire (Octubre 2014). Parecía que se abrían las puertas de manera definitiva… pero no fue así. Walters no volvería al ring hasta Junio de 2015, ganando de manera no excesivamente brillante al colombiano Miguel Marriaga, en pelea en la que perdió el cinturón en la báscula. En diciembre del año pelearía por última vez, ya en la división superpluma, obteniendo un asombroso nulo ante Jason Sosa en un combate que dominó ampliamente. Desde entonces, ha entrado en numerosas “quinielas” pero sin concretarse nada: se rumorea que por sus desmedidas exigencias económicas. Hasta que apareció Lomachenko.

El jamaiquino ha basado buena parte de su éxito en su fortaleza física, sobre todo en el peso pluma, donde tras hidratarse solía ser mucho mayor que sus rivales. Con 21 de sus 26 victorias antes del límite, debemos hablar de pegador, aunque algunos golpes (como una derecha que pega en la corta que se asemeja más a una bofetada) sean más efectivos que estéticos. Su buena envergadura le permite usar con eficacia el jab, está dotado de manos rápidas y es veloz dando el paso atrás.

Muchas de estas virtudes ante Lomachenko podrían quedar diluidas, especialmente las concernientes a la velocidad (son muchos los que piensan que Walters “perseguirá sombras” toda la noche). Pero, ¿podrán sus manos dañar al europeo? Es la oportunidad a la que debe aferrarse.