Manuel Valero
@Manu_Valero

Impulsado por los dos oros olímpicos que consiguió en su brillante y extenso paso por el campo amateur, el ucraniano Vasyl Lomachenko (5-1, 3 KO) saltó al profesionalismo con una única idea: convertirse en campeón mundial cuanto antes. Tras un exitoso debut ante José Ramírez, «Hi-Tech» tuvo la oportunidad de superar al tailandés Saensak Muangsurin, conquistando el título mundial en su segunda pelea. El mexicano Orlando «Siri» Salido se interpuso en su camino, derrotándolo por decisión dividida. Salido tiró de experiencia y picardía para sobreponerse a la técnica del doble campeón olímpico. Lomachenko se desquitó tres meses después venciendo al invicto Gary Russell Jr. en Carson. Con tres defensas a sus espaldas, Lomachenko decidió subir de categoría para enfrentarse con Román «Rocky» Martínez (29-2-3, 17 KO) en busca de un reto mayor. Nicholas Walters era el rival que Lomachenko tenía en su punto de mira, pero las pretensiones económicas del jamaicano hicieron que no se llegase a un acuerdo. El promotor Bob Arum no descarta un enfrentamiento entre ambos en los próximos meses, ya que «Hi-Tech» podría regresar al peso pluma.

Antes tendrá que superar a «Rocky» Martínez, acostumbrado a la presión de los grandes combates, y es que el boricua consiguió su primer título hace más de siete años en Manchester. Desde entonces ha  sorprendido a rivales como Diego Magdaleno o al propio Salido, perdiendo únicamente ante Ricky Burns y Mikey García.

Antes de pasar por la báscula (donde Martínez marcó 58,875 kg, 100 g más que el aspirante), Lomachenko se atrevió a jugarse 300.000 dólares con su rival para el ganador del pleito, rechazando la propuesta el boxeador puertorriqueño.

Los precedentes de Saensak Muangsurin no son favorables para Lomachenko, ya que el tailandés perdió su título ante Miguel Velázquez cuando tenía un récord de 5-1. Esto no parece importar a las casas de apuestas, que dan al ucraniano como claro favorito.