Daniel Pi
@BastionBoxeo

En un principio se intentó que el top 3 de todos los pesos Vasyl Lomachenko (8-1 6 KO) se midiese este sábado a Orlando Salido en una esperada revancha que pondría de manifiesto la enorme evolución que ha experimentado el ucraniano desde su debut profesional, pero, una vez más, las cosas se torcieron para el campeón mundial WBO del peso superpluma. Esta vez el mexicano no pudo alegar que la bolsa no era la conveniente, dado que, comparados con los 42.000 euros que ganó ante Vargas o los 211.000 euros que consiguió ante Lomachenko en su primer combate, la oferta de 635.000 euros recibida para el duelo de desquite era una suma más que importante. Aun así, finalmente, la pelea no se pudo pactar, afirmando “Siri” para renunciar al enfrentamiento que tenía problemas con el peso y una lesión en su mano.

Por ello, con esta opción cerrada, sin que ni uno sólo de los monarcas del peso superpluma o de los boxeadores de la élite quiera subirse a un ring con Lomachenko y estando en marcha un acuerdo de Top Rank con la cadena ESPN que tiene fechas prefijadas y plazos que cumplir, su promotora tuvo que buscar una solución sin excesivo margen de maniobra que llegó a través del valiente colombiano Miguel Marriaga (25-2, 21 KO), al que se medirá en el Microsoft Theater de Los Ángeles (Estados Unidos) en la tercera defensa de su cinturón mundial.

De todos modos, las críticas a esta elección de oponente han sido muy numerosas, puesto que Marriaga llegará al encuentro tras ser derrotado en abril por el joven campeón WBO del peso pluma Óscar Valdez. Ciertamente, caer contra un púgil de tal calidad, además de la forma en que lo hizo, no puede ser contado como un gran demérito, pero resulta sumamente complicado que a Marriaga puedan dársele serias opciones de victoria ascendiendo de categoría para medirse a un boxeador tan sumamente efectivo como Lomachenko.

En cualquier caso, los ejecutivos de Top Rank afirman que no pueden permitir que Salido mantenga estancado al ucraniano y que en adelante van a darle al monarca una mayor frecuencia de peleas, al igual que a las demás figuras de la escuadra, por lo que, aunque el enfrentamiento de este sábado no es visto más que como un trámite, se dice que este es un paso adelante en una nueva política de la compañía que además precederá un cierre de año ante un esplendido rival.

Tal y como se encuentra ahora la situación de Lomachenko en el peso superpluma, idéntica prácticamente a la que encontró en el peso pluma, parece inevitable que más temprano que tarde ascienda al peso ligero, pero antes su equipo quiere explotar todas las opciones posibles en su actual categoría, ya que no hay garantías de ningún tipo de poder lograr tampoco las mayores peleas en la división superior.

Dejando de lado el futuro, antes de volver a centrarse en las negociaciones por conseguir medirse a Salido, Rigondeaux, García o a cualquier otro boxeador insigne, Lomachenko tendrá que superar a Marriaga. Aunque el retador cosechó derrotas ante Walters y Valdez, demostró ser un púgil de gran peligro estremeciendo a ambos boxeadores, siendo especialmente graves los apuros para el segundo. Es por eso que decir que Marriaga es un rival fácil no es ni justo ni acertado.

Dicho esto, y aunque todo boxeador deberá andarse con mucho cuidado con su potentísima derecha y sus andanadas de hooks, es de esperar que encuentre dificultades insalvables en cada ámbito de la pelea a causa del perfecto boxeo de Lomachenko, que en sus últimas tres subidas a un ring ha logrado desarbolar a “Rocky” Martínez (en teoría próximo rival del campeón Gervonta Davis en la velada del Mayweather-McGregor), desdibujar y obligar a abandonar al hasta entonces imbatido Nicholas Walters y dar un verdadero recital ante Jason Sosa. Así, las apuestas dan un céntimo por la victoria de Lomachenko y diecisiete euros por el triunfo de Marriaga, siendo de esperar que “Hi-Tech” pueda agrandar su palmares de brillantes victorias deslizándose por el ring y anulando totalmente con entradas y salidas a un rival sumamente voluntarioso pero decisivamente menos veloz y sin adaptación previa al nuevo peso.

Ambos contendientes han cumplido ya satisfactoriamente con su paso por la báscula, dando Lomachenko el límite exacto de la división del peso superpluma, 59 kg, y Marriaga 58,9 kg.