Daniel Pi
@BastionBoxeo

Cuando puso un pie sobre el ring profesional por primera vez, difícilmente se pudo pensar que en menos de cinco años el ucraniano Vasiliy Lomachenko (13-1, 10 KO) llegaría a ostentar el papel histórico que ya posee en el boxeo, ni siquiera aunque se argumentó que su recorrido amateur podía ser el mejor que nunca había habido. Y es que, al margen de que las expectativas pudiesen ser más o menos altas, el caso es que su recorrido en el boxeo de pago tiene escrito a cada movimiento “miembro del Salón de la Fama”.

En 14 peleas, Lomachenko ha disputado 13 mundiales en tres categorías, de los cuales ha vencido 12, con una única derrota dividida y polémica en su segundo combate ante un veteranísimo como Orlando Salido, que no olvidemos que había dado en el pasado positivo por esteroides. Asimismo, Lomachenko no ha logrado sus triunfos ante cualquiera, sino que se ha anotado éxitos ante 7 campeones mundiales, incluidos Gary Russell, que ha llegado a ser valorado como número 1 del peso pluma, Nicholas Walters, considerado entonces número 1 del superpluma, y un Jorge Linares del que se decía que era el mejor peso ligero en ese momento. Todo ello sin pasar por alto a Guillermo Rigondeaux, con desventaja en peso y tamaño, pero que se vio forzado a abandonar pese a que algunos creen que es uno de los mejores boxeadores técnicos de la historia y a que incluso afirmaron antes de la pelea que desdibujaría a Lomachenko.

Con este legado ya establecido aunque muchos boxeadores de élite o sus equipos han rechazado enfrentarse a él, como el propio Leo Santa Cruz, Óscar Valdez o Gervonta Davis por citar sólo a tres, y situado como número 1 de todos los pesos para la mayoría de medios destacados (lo es según The Ring, ESPN, el Ranking Transnacional, Boxing Monthly, etc.), además de número 1 del peso ligero en todas las listas extraoficiales, Lomachenko apunta este sábado a dar un paso más en una trayectoria fulgurante: una triple unificación de coronas y la posible conquista del “cetro” de campeón lineal.

Respecto a este último galardón honorífico, hay siempre cierta confusión por haber diversos agentes que alegan tener el derecho de otorgarlo, pero se afirma que si Lomachenko consigue aunar las coronas WBA, WBO y WBC del peso ligero se le podría otorgar la condición de campeón lineal de dicha división, algo que significa simplemente que si se traza una línea desde el primer número 1 del peso ligero, Jack McAuliffe (1886), hasta nuestros días pasando por todos los número 1 que han habido (nombres como Joe Gans, Battling Nelson, Benny Leonard, Tony Canzoneri, Henry Armstrong, Roberto Durán, Alexis Argüello, Julio César Chávez etc.), Lomachenko sería el heredero o quien ostenta actualmente la posición de monarca de la división.

No obstante, antes de que pueda aspirar a esto, “Hi-Tech” deberá superar en el O2 Arena de Londres (Reino Unido) a todo un oro olímpico y exretador mundial profesional como el británico Luke Campbell (20-2, 16 KO), 2º según la lista de The Ring, 3º en la de Boxing Monthly, 5º en BoxRec, 6º en ESPN y 7º en el Ranking Transnacional.

Para Lomachenko, que quedó fascinado por el ambiente pugilístico de Reino Unido al presenciar el combate de su amigo Usyk ante Bellew y que desde entonces ha querido pelear en dicho país, esta es una ocasión especial en la que poder disfrutar de unos fans del boxeo que cree que son los mejores del mundo por su pasión por el deporte y por el total apoyo a sus púgiles. Sin embargo, aunque es mayoritaria la opinión de que Campbell es inferior al campeón y que no podrá derrotarlo, el púgil ucraniano se toma tremendamente en serio esta pelea y no meramente como un baño de masas.

Ciertamente, pagándose 8 euros por el triunfo del local Campbell y prestando atención sólo a lecturas simples de su trayectoria, como valorar únicamente la derrota que padeció ante Yvan Mendy o su tropiezo ante un Jorge Linares al que el propio Lomachenko noqueó, el británico puede llegar a ser visto como una víctima propiciatoria. Pero si se es justo y objetivo, la pelea no parece tan sencilla.

Primeramente, Campbell tiene 14 cm de ventaja en alcance y 5 cm más de altura, diferencia que entre dos boxeadores de élite es un elemento muy importante, más aún si se tiene en cuenta que éste tuvo un recorrido amateur sensacional, que posee una muy buena técnica y que sabe boxear a distancia. Respecto a su pegada, 12 de sus últimas 14 victorias las ha logrado antes del límite, de modo que no se puede subestimar. Asimismo, en cuanto a sus méritos, no ha derrotado a un púgil del máximo renombre pero ha superado a rivales de nivel como el excampeón mundial Argenis Méndez, el cuatro veces monarca británico Gary Sykes y, especialmente, a un Yvan Mendy infravalorado pero durísimo al que derrotó en la revancha.

Por último, es cierto que Linares lo derribó una vez y le venció, pero sólo lo hizo por mínima diferencia (por un punto habría empatado) y con cierta polémica, teniendo que soportar Campbell entrar al combate con el fallecimiento de su padre muy reciente. Además, hay que recordar que el venezolano también tiró a la lona a Lomachenko y que iban empatados según los jueces antes de la detención.

Expuesto esto y no debiéndose perder de vista que Lomachenko está combatiendo en la división que considera su techo (dice que no peleará en el peso superligero por venirle demasiado grande) y que tras subir del peso superpluma ha tenido sus duelos más contendidos (Linares y Pedraza) desde que experimentó su drástica evolución boxística (en torno a 2015), parece osado considerar que podrá darse un paseo sin dificultad alguna ante Campbell. En cualquier caso, si lo lograse, eso sólo dejaría más claro aún cómo es de increíble su nivel.

Por otro lado, si recordamos sus peleas ante Linares y Pedraza, estos supieron aguantar el terreno relativamente bien gracias a sus dotes técnicas y tácticas y utilizando su mayor tamaño para imponer sus rectos ante un Lomachenko de brazos considerablemente cortos, que tuvo que moverse de más para poder entrar y que no se pudo permitir fallos en sus diagonales para intentar eludir directos nítidos (como el que le derribó ante “El Niño de Oro”). De ese modo, un Campbell con gran gestión de la distancia, zurdo, rectos de francotirador y gran inteligencia boxística (quizás su mayor virtud), tiene armas para no ser atropellado.

Lógicamente, apostar en contra de Lomachenko es casi una locura, más aún llegando de haber abrumado al tenaz y fuerte Anthony Crolla y habiendo padecido Campbell en sus mayores retos. Pero aunque se debe esperar la victoria del campeón WBA y WBO del peso ligero en este combate que tendrá también en juego el vacante cetro WBC, si Campbell se mantiene frío en el centro del ring, no se deja amedrentar por las eléctricas fintas de su rival y persiste en jabear y contragolpear con su izquierda recta atento para pasar al ataque por sorpresa, no debería poner las cosas fáciles. En cambio, si presionado por combatir ante su público y en la oportunidad más grande de su carrera, intenta ser descontroladamente agresivo para evitar que Lomachenko marque el ritmo, los pasos en absolutamente cualquier dirección del ucraniano y sus infinitos recursos podrían terminar por dejarlo en mala posición y abierto a golpes de poder con tanto efecto físico como moral.

La velada del Lomachenko-Campbell será emitida en España por DAZN a partir de las 19:00 h del sábado, con el combate estelar esperado tentativamente para las 23:00 h.

La victoria de Lomachenko se paga a 1,07 € por euro apostado, mientras que la de Campbell a 8,00 €, pero además hay opciones para apostar a múltiples resultados del combate, pinchando en el título de la pelea.
SPORTIUM, la casa de apuestas líder en España, te permite apostar a este combate pinchando aquí. Condiciones especiales para los lectores de Espabox. ¡Suerte!