Darío Pérez
@Ringsider2020

La noche del sábado fue testigo en el Echo Arena de Liverpool de una velada con grandes enfrentamientos, casi monopolizada por púgiles de Gran Bretaña.

Dos chicos de Liverpool como Liam Smith (30-3-1, 17 KO) y Anthony Fowler (15-2, 12 KO) fueron los encargados de poner el combate de fondo. El ex campeón del mundo Smith y un Fowler en su mejor momento no salieron a reservar, y el segundo empezó en alto con golpes atinados, lo que provocó ya una hemorragia en la parte izquierda del rostro de Beefy. Tras recuperarse bien el del clan de los Smith, en el tercer round Fowler volvió a imponer su boxeo pleno de confianza y ganar la iniciativa de las hostilidades, algo que se niveló de nuevo en el cuarto asalto, padeciendo este un corte; ya estaban iguales en todo. Liam Smith desequilibró la contienda en el quinto parcial, con una mano recta al rostro de Fowler, que cayó a la lona y, milagrosamente, sobrevivió al último minuto y escuchó la campana como música celestial. Con la pelea más estabilizada, en el octavo asalto una gran acción de Smith cuando Fowler salía de un intercambio fue lo que decantó el triunfo, lanzando a Fowler a la lona, de donde ya no se levantó sin que el árbitro hubiera decretado el final de un espectacular envite.

A doce asaltos, Ted Cheeseman (17-3-1, 10 KO) defendía su título británico contra Troy Williamson (17-0-1, 13 KO). Combate de ascensor, como todos los de Cheeseman, bailando pegados como le gustaría a Sergio Dalma. El aspirante le aceptó el reto, sin echarse atrás, y no se arredró ante un púgil más acostumbrado a este tipo de pleitos, campeón y con mayor experiencia en eventos importantes. Las acciones iban equilibradas cuando comenzó a manar sangre de la zona baja del ojo izquierdo de Cheeseman, que no acababa de encontrarse cómodo ya en la mitad de asaltos convenidos. Incluso con este panorama, el titular de la faja nacional aguantaba manos potentísimas del retador dejando su sello en Williamson, tornando otra de sus comparecencias en una cruenta contienda. Finalmente, llegó lo que debía ocurrir algún día, porque el riesgo excesivo a veces te hace pagar un alto precio: salieron al décimo asalto a intercambiar cuero con enorme dureza y, tras varias manos durísimas en el rostro de Cheeseman, especialmente una última a la mandíbula, este cayó desplomado y el combate concluyó. Espectacular triunfo de Williamson, que podría disputar el título europeo a Kerman Lejarraga.

James Metcalf (21-2, 13 KO) y Kieron Conway (17-2-1, 3 KO) disputaron una pelea definitoria para las carreras de ambos a diez rounds. El favorito Metcalf empezó más bien reservón, no imponía su ley y dejaba tener a Conway más actividad de la que debería, algo quizá pensado por la poca dinamita para la categoría que tiene este último. Sin embargo, Conway seguía imponiendo su boxeo de movimiento y Metcalf, mediada la pelea, no quería o no podía acortar la distancia como más pudiera convenirle. Y el desarrollo del pleito no cambió, resultando un poquito decepcionante y plano, algo que no cambió con un corte que se abrió en la ceja derecha de Conway en el octavo asalto. Pasaron los diez capítulos previstos y los jueces decidieron, con puntuaciones demasiado ajustadas de 96-94, 96-95 y 96-95, que Conway era el vencedor del combate.

Además, vimos un título mundial WBA en el peso gallo donde la campeona, Shannon Courtenay (7-1, 3 KO), se había dejado el cinturón en la báscula al no dar el peso pactado, título que sí estaba en juego para la veterana aspirante estadounidense Jamie Mitchell (6-0-2, 4 KO), en su primera oportunidad de este calibre. Mitchell empezó explosiva, mejor que la ya excampeona, que se movía con menos soltura, pero fue tratando de igualar poco a poco el pleito con su mejor capacidad técnica. La americana, sin embargo, sabedora de que estaba ante la oportunidad de su vida, siguió mostrando gran arrojo y ganando casi todos los asaltos hasta el octavo, donde Courtenay, con el ojo izquierdo ya inflamado, llegó por primera vez contundentemente a su oponente. Se llegó, no obstante, al final de los diez episodios. Tras ellos, los oficiales a pie de ring resolvieron que había nueva campeona, Jamie Mitchell, anotando 95-95, 97-93 (la más cercana a nuestro criterio) y 96-94, decisión mayoritaria a su favor.

Previamente, victorias de los favoritos en las peleas previas, Luke Willis (11-0, 1 KO) contra Rylan Charlton (6-2-1, 3 KO) por decisión ajustada en el peso ligero y, más holgadamente, de Solomon Dacres (3-0, 1 KO) en los pesados, el debutante y brillante amateur Peter McGrail (1-0, 0 KO) en el superpluma o Robbie Davies Jr (21-3, 14 KO) en la categoría del superligero.