Paulino Buchens

Las World Boxing Super Series nacieron en 2017 con ocho participantes por categoría en cuartos de final. Los participantes son campeones mundiales o grandes púgiles bien clasificados en los organismos. Esta fantástica idea nació de la promotora alemana Sauerland y hasta la fecha se han disputado dos temporadas. Los ganadores del trofeo Muhammad Alí hasta la fecha son en la primera temporada: Oleksandar Usyk (Peso crucero) y Callum Smith (Peso supermedio). En la segunda temporada fueron Josh Taylor (Peso superligero), Naoya Inoue (Peso gallo) y Mairis Briedis (Peso crucero).

Después de la situación tan terrible vivida parece que los distintos organismos apuestan por las unificaciones, hace una semanas tuvo lugar la del superligero, y en el mes de julio, probablemente tenga lugar la del Peso superwélter entre Jermell Charlo y Brian Castaño.

Son muy positivas estas unificaciones, ya que determinan el número uno de la división, pero es una pena que no siempre se lleven a cabo por intereses de promotores u organismos. Es una pena que las unificaciones de cinturones no sean siempre posibles.

En la actualidad, el boxeo necesita un cambio. La aparición de otras disciplinas como la UFC han provocado un trasvase de aficionados de toda la vida del boxeo a otras artes. Los organismos deberían reflexionar seriamente cómo quieren enfocar los campeonatos en un futuro.

La semana pasada vimos una bochornosa defensa de uno de los mejores boxeadores en la actualidad, Naoya Inoue, con un boxeador que no estaba clasificado entre los 20 mejores del mundo, según pude leer en un artículo de mi compañero, Darío Pérez.

Está claro que las WBSS tienen sus carencias y son mejorables, pero podría ser una buena base para dinamizar un poco este deporte. En mi opinión en este torneo, el campeón de Europa debería estar siempre presente, así se le otorgaría prestigio a este título. Otro asunto polémico es el baremo que se utiliza para que un boxeador pueda participar en este torneo, que otorga visibilidad a las grandes promesas de nuestro deporte, al tener la posibilidad de enfrentarse con los distintos campeones.

En muchas ocasiones, estos choques se demoran en el tiempo e incluso no llegan a darse por tener los campeones “secuestrados” los cinturones. Esperemos que este torneo vuelva pronto, por el bien del boxeo, si bien, siendo realistas, es muy difícil poder llevarlo a cabo en todas las categorías. Quizá las divisiones de los pesos bajos, las más olvidadas, sean las que más necesiten este tipo de iniciativas.

El boxeo necesita un revulsivo para no quedarse en la más absoluta irrelevancia y los organismos tendrían que ser consciente de ello y dejar de poner palos en las ruedas y mirar por sus propios intereses. Ojalá la valentía de promotores como Sauerland promuevan más iniciativas de este calado para que los mejores se enfrenten con los mejores.