Manuel Valero
@Manu_Valero

En marzo de 2017, Richard Schaefer anunció que pondría en marcha junto a la promotora alemana Sauerland un torneo eliminatorio en dos categorías, en el que se repartirían más de cuarenta millones de euros entre los púgiles participantes. Con una exitosa carrera a sus espaldas en el mundo del boxeo, trabajando codo a codo con Óscar De la Hoya durante más de una década, Schaefer se decantó por el supermedio y el crucero, abriéndose el período de selección de ocho boxeadores por peso. Tanto en el supermedio como en el crucero resultó fácil captar a los nombres más destacados del momento, quedando fuera de juego promotoras como Top Rank o Golden Boy Promotions, reticentes a permitir boxear fuera de su control a sus púgiles.

Desde el sorteo de los cuadros que se realizó en Montecarlo, las World Boxing Super Series han tenido una cuidada realización televisiva, digna de un partido de la Champions League o de un gran premio de Fórmula Uno, además de instaurarse el trofeo Muhammad Ali, en memoria del gran campeón estadounidense, para crear una mayor expectación entre los aficionados, y de paso generar una superior cantidad de apuestas. Con el torneo Supersix como antecedente, la garantía de las World Boxing Super Series es ofrecer los combates entre los mejores de cada peso, estando inscritos al inicio un total de cinco campeones mundiales vigentes.

La falta de acuerdo entre las diversas promotoras del panorama internacional nos ha privado en la última década de enfrentamientos como el Adonis Stevenson-Sergey Kovalev, mientras que otros como el ansiado Floyd Mayweather-Manny Pacquiao tardó más de un lustro en hacerse realidad. HBO, el canal con más solera en las retransmisiones de boxeo en Estados Unidos, ha reducido notablemente su inversión en el deporte de las dieciséis cuerdas, dada la escasez de grandes estrellas, y probablemente también por el auge de la UFC. La compañía que preside Dana White ofrece un producto mucho más del gusto de las televisiones, con un calendario definido con antelación.

Para poner de acuerdo a los representantes de los participantes, los organizadores de las World Boxing Super Series están pagando importantes bolsas, percibiendo un fijo de 640.000 € los semifinalistas, cantidad que se ve multiplicada en el caso de cada ganador, lo cual siempre incita a los boxeadores a dar un extra durante su preparación. Por dos semanas consecutivas, los aficionados al boxeo hemos disfrutado de dos apasionantes peleas con las semifinales del peso crucero, accediendo a la final Oleksandr Usyk y Murat Gassiev. El ucraniano y el ruso unificarán el 11 de mayo en la ciudad saudí de Jeddah los cuatro cinturones de la categoría, asegurándose una bolsa de 1.600.000 € cada uno, cantidad que se verá duplicada para el vencedor final del torneo. Idénticas cifras se han establecido para el peso supermedio, donde todo apunta a que el ganador se decidirá a finales de mayo en el O2 Arena de Londres.

La nota negativa para los organizadores es la escasa trascendencia que está teniendo el torneo en Estados Unidos, donde ninguna de las grandes cadenas ha comprado los derechos. En España, los combates no están siendo televisados, por lo que las World Boxing Super Series están emitiendo gratuitamente a través de internet sus veladas en aquellos lugares donde no se pueden seguir a través de la pequeña pantalla. Para conseguir atraer el mayor número de espectadores posibles a cada recinto, Schaefer y Sauerland eligen a los boxeadores más taquilleros de la zona, además de contar con dos reservas de nivel por si se lesiona alguno de los protagonistas de la pelea principal de la noche. Alemania, Estados Unidos, Letonia, Rusia y el Reino Unido son los cinco países en los que han tenido lugar las diferentes veladas de las World Boxing Super Series, todas ellas con la misma puesta escena.

La continuidad del torneo parece asegurada, y todo apunta a que los pesos más pequeños serán los elegidos para la segunda temporada. Por ejemplo, en el peso supermosca, podríamos disfrutar de unos apasionantes cruces entre Srisaket Sor Rungvisai, Naoya Inoue, Carlos Cuadras o Jerwin Ancajas. Por el contrario, mucho más difícil sería poner de acuerdo a Bob Arum y Al Haymon para que estos permitiesen a Errol Spence, Terence Crawford, Keith Thurman y Manny Pacquiao enfrentarse entre ellos. Precisamente un púgil de Arum, Gilberto Ramírez, ya ha declarado públicamente su interés en pelear con el ganador de las World Boxing Super Series, tras ganar al desconocido ghanés Habib Ahmed en un intrascendente combate. Los ganadores del torneo saldrán muy reforzados, pues además del dinero y los cinturones cosechados, se ganarán la predilección de los aficionados por haber combatido sin excusas con los mejores rivales posibles del momento.

Extrapolando la idea de Schaefer y Sauerland a España, estamos seguros que los seguidores del pugilismo en nuestro país acogerían con los brazos abiertos esta idea. Los duelos entre españoles, como el Pedro Carrasco-Miguel Velázquez, o más reciente el Rubén Nieto-Nicolás González y el Kerman Lejarraga-José Del Río han sido los que más pasiones han levantado, además de librarse sobre el ring combates de una gran intensidad. Si los equipos de Mariano Hilario, Ronny Landaeta, Adasat Rodríguez y Ruymán Delgado alcanzasen un acuerdo, el peso supermedio en España también nos depararía unas interesantes peleas.

Estos combates de pronóstico incierto entre rivales de prestigio son los que realmente movilizan y generan nuevos aficionados, lo que tendría un impacto directo en la taquilla. Por ello, no nos queda más que aplaudir a los organizadores de las World Boxing Super Series, por permitirnos ver en el mismo ring a la flor y nata del peso supermedio y crucero a nivel internacional.