Sergio Sanz

Con el estreno del nuevo año, Canelo Álvarez respondió a algunas preguntas en ESPN y muchas de ellas iban dirigidas a tantear cuáles serían sus preferencias a la hora de elegir rivales de cara a próximos combates. Evidentemente, no todo depende de él y sólo se trataba de fantasear de cara a enfrentamientos en el cuadrilátero en un futuro cercano, pero algunas de sus afirmaciones resultaron bastante suculentas.

Tras afirmar que las MMA le resultan mucho más entretenidas que el fútbol como espectador, la pregunta era obligada: qué peleador de la UFC le resultaría más apetecible para un combate. Para ser exactos, se le dieron dos opciones, la de Jorge Masvidal y la de Connor McGregor; y la respuesta fue contundente: el irlandés sería su primera opción.

Tras el precedente del McGregor vs. Mayweather, son varios los nombres que han saltado a la palestra para protagonizar un combate de boxeo entre campeones de ambas disciplinas: los reyes del cuadrilátero y los del octágono. Además del irlandés y de Masvidal, Khabib Normagomedov también tanteó el terreno recientemente. Todo esto era impensable hace algunos años, cuando los campeones pugilísticos veían a la UFC como poco menos que un espectáculo brutal y de segunda fila, muy alejado de la nobleza y el reconocimiento del boxeo.

Sin embargo, la trayectoria ascendente a nivel mediático y financiero de la organización que dirige Dana White, así como de sus principales estrellas, ha hecho que muchos se replanteen muy seriamente su opinión y observen ahora estos eventos como algo bien apetecible, sobre todo por la bolsa que hay en juego, teniendo en cuenta el bajo riesgo de perder. La UFC ha sabido, como decimos, eclosionar en el mundo del “show-bussiness”, en cierta medida por su capacidad para generar espectáculo, pero también por cerrar acuerdos con primeras espadas del mundo empresarial.

De hecho, en el citado precedente, se calcula que Maywheather pudo embolsarse unos 100 millones de dólares. Y es evidente que, aunque podría atraer a cierto público por el carisma de Masvidal, que se encuentra en un momento ascendente en la UFC (algunos lo llaman “segunda juventud”), nada es comparable a la masa de público que mueve Conor McGregor, que sabe bien como calentar y mediatizar un evento, con su uso de las declaraciones y de las redes sociales.

Es por ello que Canelo puede haber cambiado de idea en el plazo de este año, ya que a finales de 2019 el mexicano se dejaba querer por Masvidal y no descartaba la pelea, considerándola un simple “negocio”. Sin embargo, puestos a verlo como un negocio, es evidente que McGregor, por todo lo ya citado, es una variante mucho más interesante. Además, en el aspecto pugilístico, parece mucho más preparado que la alternativa, si bien ambos peleadores de la UFC son considerados buenos “strikers”. Eso sí, obviamente, distan mucho del nivel de un boxeador profesional, y todavía más de un campeón de la talla de Álvarez.

Pero, como decíamos, estamos hablando sólo de conjeturas en base a unas declaraciones de Canelo, y ambos atletas se encuentran, ahora mismo, centrados en otro tipo de retos más próximos en el tiempo y relacionados con sus respectivas disciplinas. Álvarez viene de derrotar recientemente a Callum Smith y todo parece indicar que podría enfrentarse en los próximos meses a Avni Yildirim, quien sería, según el Consejo Mundial de Boxeo, el retador oficial. Por otra parte, faltan pocos días para el regreso de McGregor a la UFC tras una supuesta retirada que anunció el pasado año, y será contra “Diamond” Poirier, al que ya derrotó en una ocasión, en 2014, por TKO a mitad del primer asalto.

Lo que parece evidente es que el irlandés difícilmente va a dejar pasar la oportunidad de responder a la afirmación del mexicano, consciente como es de que va a aumentar su, ya considerable, proyección mediática, y que podría ser la gran oportunidad para volver a subir al cuadrilátero y embolsarse una considerable suma de dinero que está fuera de su alcance (pese a ser de los mejor pagados) con los combates de la UFC.