Tyson Fury puso en duda que fuese a enfrentarse a Oleksandr Usyk nuevamente a corto plazo. El británico tardó 48 horas en cambiar de opinión, y ejecutó la cláusula de revancha.

Conocedor de la decisión de Fury, Oleksandr Usyk no perdió el tiempo. El ucraniano ya ha solicitado de forma oficial una excepción a la IBF para poder poner la corona mundial, junto a la del WBC, la WBA y la WBO, en una segunda pelea con Fury.

La IBF tiene que decidir si aprueba la solicitud de Usyk, o lo despoja del cinturón. La decisión tendrá importantes consecuencias en los ingresos de la IBF.

Se estima que las bolsas conjuntas de Fury y Usyk superaron conjuntamente los 150 millones de euros, por lo que la IBF ingresó una cifra de siete cifras en concepto de tasa. En caso de que el título lo dispute otro púgil, la tasa será notablemente inferior.