Emilio Marquiegui
@EmilMarquiegui

Lo que pasó anoche en Marbella no suele ocurrir, e incluso no figura exactamente en ningún reglamento pugilístico.

El malagueño Samuel Molina golpeó a Rubén García «Peli» cuando sonaba la campana de finalización del segundo asalto, es decir, golpe legal. Si Rubén García hubiera caído en el momento, el árbitro hubiera comenzado la cuenta y la campana no salvaría en ningún caso al púgil madrileño.

El problema surge porque Peli tarda seis segundos en caer y el asalto ya había acabado, el árbitro así lo había señalado y enviaba a los púgiles a su rincón, además de que los entrenadores ya estaban encima del cuadrilátero.

Hay dos posibilidades, la PRIMERA, que es la que escogió el árbitro balear Manuel Oliver:
Es evidente que el golpe es el responsable de que caiga después el madrileño y el árbitro considera que debe contarle como si continuara la acción. Es una interpretación del reglamento y eso fue lo que ocurrió. Respetable decisión: KO en el segundo asalto.

La SEGUNDA opción, con la que estamos más de acuerdo, es la siguiente:
1) El golpe llega junto al campanazo y es legal

2) El árbitro señala el final del asalto con García en pie
3) El árbitro indica que se vaya cada uno a su esquina. El combate ya entra en el minuto de descanso.
4) Hemos visto múltiples combates en los que un púgil llega tambaleándose o en brazos de sus entrenadores a la esquina tras sonar la campana y no hay ningún árbitro detrás contándole. Hay que dejar el minuto de descanso para que se recupere. Pero de pronto Peli cae contra las cuerdas. Creemos que ahí el árbitro debe indicar a la esquina que lleven a su boxeador al rincón y que tienen un minuto de descanso para recuperarlo, si no, parará el combate. El asalto ya había concluido y el púgil caía unos segundos después por el motivo que sea, seguramente por el golpe recibido.
5) El púgil recibe la cuenta con los entrenadores encima del ring, algo insólito. O paras el combate por KOT, al interrumpir la cuenta, o dejas que se lleven al púgil a la esquina.
Creemos que las dos posibilidades son interpretaciones válidas del reglamento, pero si el árbitro había parado el asalto y enviado a los púgiles a sus esquinas, lo que ocurre después es en el minuto de descanso, el tiempo estipulado para que un púgil que no había caído inmediatamente por el golpe se recupere.