Daniel Pi
@BastionBoxeo

La división del peso supermedio es a nivel europeo una de las categorías más fuertes, habiendo sido recientemente titulares de Europa, James DeGale, George Groves o Callum Smith, o sea dos campeones mundiales y uno de los tres aspirantes más peligrosos de la actualidad. Sin embargo, dado que en la cumbre de la lista continental se acumulan boxeadores de excelente nivel, y por lo tanto con pretensiones mundialistas, en ocasiones se producen intervalos en los que el cinto europeo queda vacante y éste es capturado por boxeadores no pertenecientes a la élite.

Así, tal y como pasó, por ejemplo, en el campeonato de Europa Rebrasse-Ndiaye, este sábado combatirán por el máximo título continental en los 76,2 kg. dos púgiles que son asequibles para quienes a base de audacia o suerte puedan retarlos. Y es que los coaspirantes al cetro vacante, por el que combatirán en el weeArena de la ciudad de Bad Tölz (Alemania), son el germano-kosovar Robin Krasniqi (47-5, 17 KO) y el ruso Stanislav Kashtanov (36-2, 21 KO) que, sin dejar de ser competentes, han sido duramente cuestionados y en sus mayores retos no han logrado vencer.

Por ello, valorándose que pocos púgiles hay en el top 15 europeo más asequibles que estos (está repleto de complicados boxeadores), retar al vencedor de dicho campeonato podría ser una gran oportunidad para el hispano-venezolano Ronny Landaeta, que de capturar el vacante cinturón de la Unión Europea, al que es aspirante oficial, quedaría situado notablemente cerca de enfrentarse a él.

No obstante esto por el momento, pese a ser una proyección realista, no deja de ser una especulación a largo plazo, dado que todavía no hay certezas sobre quién será el rival de Landaeta en el campeonato UE. Y es que, aunque la EBU ha designado como coaspirante al veterano excampeón mundial y europeo Jürgen Brähmer, un temible oponente, son muchos los que dudan que éste vaya a aceptar dicha propuesta por su cercanía teórica al retiro, por su posibilidad de aspirar a combates ante top 15 mundiales y porque por orgullo quizás le cueste apuntar a ser titular secundario de un Krasniqi al que venció hace tres años y del que quizás podría conseguir una defensa voluntaria en caso de que capture el cinto ante Kashtanov. Sea como sea, la carencia de promotor de Brähmer genera un gran interrogante sobre cuáles serán sus siguientes pasos.

Regresando al duelo Krasniqi-Kashtanov, en líneas generales puede parecer un enfrentamiento igualado, más aún teniendo en cuenta que la condición de local del primero y su motivación (asegura que esta va a ser una de sus últimas grandes oportunidades) se ven compensadas por la solidez y la resistencia del segundo. Sin embargo, las malas actuaciones recientes de Krasniqi generan dudas, sobre todo por los apuros padecidos ante un Cagri Ermis mucho menos complicado que Kashtanov y por su clara derrota ante Arthur Abraham, tres meses antes de que éste fuese completamente dominado por Eubank Jr. En cambio, Kashtanov, si bien no tiene extensa experiencia de calidad, en los últimos años ha acumulado muchos triunfos antes del límite, habiendo padecido en toda su trayectoria sólo dos derrotas divididas en igualados combates ante boxeadores de gran carrera amateur como Karoly Balzsay y Félix Valera, respectivamente con 250 y 325 pugnas como aficionados.

Por otro lado, Krasniqi, aunque logra evitar caer a la lona, está siendo dañado con bastante facilidad, algo que le debería preocupar ante un Kashtanov muy fuerte físicamente y que una vez que alcanza la distancia media-corta puede causar estragos. Pese a ello, el ruso no posee una gran velocidad, algo que debería aprovechar Krasniqi para utilizar desde la larga su buen directo diestro y contener sus entradas.

En cualquier caso, la gran pregunta es si Krasniqi, que descendió del peso semipesado al supermedio tras haber militado ocho años en el primero, podrá mantenerse durante los doce asaltos al ritmo del constante Kashtanov, que posee un superior jab, se posiciona bien y tiene más pegada, aspectos que obligarán al local a dar más de sí que sus habituales golpes aislados y que le exigirán un gran uso del contragolpe.

En la ceremonia de pesaje, Krasniqi dio el límite del peso supermedio, 76,2 kg, y Kashtanov 75,9 kg, por lo que todo está listo ya para el combate.