Darío Pérez
@Ringsider2020

El Palau Olímpic Vall d’Hebron de Barcelona dio cobijo este sábado a la tercera gala de Matchroom Boxing en España, con dos campeonatos continentales como plato fuerte.

Los coaspirantes Kerman Lejarraga (33-2, 25 KO) y Dylan Charrat (20-1-1, 6 KO) buscaban el Campeonato de Europa superwélter, vacante tras abandonarlo Sergio García. El vizcaíno y el francés intentaron llevar la iniciativa desde el principio, siendo Kerman más contundente y Charrat más móvil en estos primeros momentos de estudio, imprescindibles para que las esquinas ajusten el método a seguir. El galo confiaba mucho en sus piernas y su velocidad de tronco al quedarse en la media y corta distancia con el de Morga en estos primeros asaltos, demostrando una ligereza de manos también digna de reseñar y golpeando más que nuestro deportista. Kerman logró sacar más trabajo en alguno de los rounds de la parte central de la pelea, pero Charrat era bastante elusivo, con fluidez en los desplazamientos y dificultades de ser impactado con nitidez, algo en lo que se empeñaba el bilbaíno.

Poniéndonos en la mente de nuestro enemigo boxístico, Charrat se equivocaba en aceptar la pelea descarnada en asaltos como el sexto o el séptimo (donde el francés cayó al resbalarse), descartando moverse en beneficio del espectáculo, y en caso extremo en el octavo episodio, donde los garrotazos de Lejarraga al hígado hicieron que volviera a su esquina con andares torpes. Tras un round de recuperación para ambos, un tremendo choque de cabezas en el décimo asalto, que hizo que el doctor parase la pelea y acudiésemos a las cartulinas. Los jueces vieron lo ocurrido hasta el momento con justicia, 95-95, 96-94 y 96-95 en decisión mayoritaria para Kerman Lejarraga, que hace historia con títulos europeos en el wélter y en el superwélter.

El combate coestelar de la noche enfrentaba, con el título de Europa de la española en juego, a la murciana Mary Romero (7-2, 2 KO) y la británica Amy Timlin (4-1-1, 0 KO). Romero cogió la iniciativa y abrió involuntariamente con el codo un corte en la parte externa de la ceja de Timlin ya en el primer asalto, lo que desconcentró a la retadora. La de Puerto Lumbreras trabajaba mejor, no dejando pensar a la púgil visitante en ningún momento, activa y tirando de experiencia, usando un poquito más de la cuenta los brazos y la cabeza para contener las acciones de Timlin, pero siempre superior con mayor precisión.

En todo caso, Romero iba metiendo buenas manos en ocasiones puntuales, más vistosas que su rival, sobre todo a las zonas abdominales de la aspirante a su título. Con este panorama, las ideas y el fuelle de Timlin se fueron apagando hasta que su esquina, hablando con el doctor, decidió que la inglesa, llorosa, no saliera al noveno asalto. Nuestra boxeadora fue más lista, más experta y mejor sobre el cuadrilátero en la noche barcelonesa, y mirará a metas más ambiciosas en el futuro cercano.

Kiko Martínez (42-10-2, 29 KO), el carismático campeón español, se midió en la categoría superpluma al hondureño Jayro Durán (14-10, 13 KO), como previa de su esperada revancha ante Zelfa Barrett. Martínez comenzó sin prisa, pero sin pausa, metiendo velocidad de crucero y tirando manos arriba y abajo con buena frecuencia, mostrando asimismo esquivas para no encajar los golpes del centroamericano (que tenía unas conversaciones económicas de lo más curiosas con su esquina). Kiko, el gran motor diésel del boxeo español, siguió golpeando inmisericorde, torturando poco a poco a Durán con el paso de los rounds hasta arrojarle a la lona en el quinto. 80-71, 79-72 y 79-72 fueron las cartulinas a favor del alicantino, que buscará a finales de año vengarse deportivamente de Barrett y volver a mirar a un mundial.

En el peso pluma, el campeón de España Cristóbal Lorente (13-0-1, 5 KO) se enfrentó al colombiano Anuar Salas (21-11-1, 12 KO). Lorente estuvo inspirado, derribando con una buena combinación a Salas en el primer asalto, continuando con su buen trabajo hasta tirar al suelo, con buenos golpes abajo, al hispanoamericano en el cuarto. Los últimos capítulos dentro de los ocho pactados fueron, además de por lo deportivo, protagonizados por bastantes impactos por debajo de lo permitido, alguna exhibición con mano en la espalda de Lorente, quizás excesiva en términos de respeto al oponente. Las puntuaciones de los tres hombres a pie de ring se leyeron como decisión unánime a favor del local, 79-72, 80-70 y 80-71.

El marroquí afincado en España Moussa Gholam (17-0, 10 KO), por su parte, batió en el octavo y último round Mauro Perouene (12-4-1, 6 KO) en la categoría superpluma, con un pabellón entregado al de Gallego Prada. Buena actuación de Moussa, que sigue quitándose óxido tras un periodo sin actividad, clavando buenas manos ante un duro y valiente argentino, que siempre dio la cara. Gholam ha demostrado que se halla listo para desafíos realmente importantes. Los últimos asaltos, debemos decir, sobraron, ante los duros golpes que se llevó Perouene, debiendo la esquina haber parado las hostilidades antes, porque el apalizado sudamericano ya solo tiraba de marrullerías para intentar consumir los ocho asaltos pactados.

En el combate inicial de la noche, el inglés Cyrus Pattinson (2-0, 1 KO) venció al rumano Dumitru Vicol (1-2, 1 KO) con poco brillo a seis asaltos en el peso wélter, ya que Pattinson entró en la pelea que convenía al de Europa del Este, pudiendo imponerse únicamente gracias a su mayor calidad. 58-56, 58-56 y 58-57 fueron las puntuaciones de los jueces, generosas con el británico pero dentro de lo razonable.