Darío Pérez
@Ringsider2020

En el primer campeonato mundial de la noche de la gala del Gimnasio TV Azteca, Moisés Calleros (33-10-1, 17 KO) se había pasado en la báscula y no optaba al mundial de Julio César «Rey» Martínez (17-1, 13 KO). Además, el campeón le golpeó en el primer asalto de manera contundente, haciéndole poner la mano en el suelo con el consiguiente conteo. Martínez trabajaba sin descanso, y el segundo asalto fue un recital de contundencia y precisión hasta que, en uno de sus ataques, el árbitro decidió parar la pelea. Bien hecho, Calleros no podía seguir con buena disposición hacia la defensa, no digamos ya el ataque.

Empezó la velada con el teórico mejor combate de la parte inicial de la gala, dos boxeadores que no conocían la derrota (ni el empate), Otha Jones III (5-0-1, 2 KO) y Kevin Montiel (6-0-1, 2 KO). Duros intercambios, quizá con Jones siendo el mejor boxeador técnicamente hablando, pero sin la idoneidad de entrar en la corta distancia, como hizo en los primeros asaltos. Montiel fue de menos a más en el combate, pareciendo que Jones acusaba el cansancio por la intensidad del combate y los golpes recibidos en la zona hepática. Montiel acabó con más energía que Otha Jones, impactando mucho más y algo mejor que su rival. Las puntuaciones, tras unos minutos de suspense que anticipaban polémica, fueron de 58-56 para Jones, 57-57 y 58-56 para Montiel. La decisión fue un empate, justa para lo visto sobre el cuadrilátero.

Austin Williams (6-0, 4 KO) y Esaú Herrera (19-13-1, 8 KO) fueron los segundos en pisar ring. «Ammo» Williams pegaba con contundencia, convicción y, en ocasiones, bajo la cintura de Herrera, que aguantaba las andanadas del de Houstin con resignación y alguna queja a un poco intervencionista árbitro. Dejando al margen ciertas acciones dudosas, Williams nos deleitó con bonitas acciones técnicas según avanzaba el duelo, tal vez con menos continuidad de lo deseado. Un terrible gancho a la barbilla en el quinto asalto dañó a Esaú Herrera, y el árbitro paró acertadísimamente las acciones por la inferioridad del local. Williams, espectacular como compañero, se interesó con celeridad por el estado del rival antes de recibir su proclamación como vencedor.

El tercer combate de la noche nos acercó a la gran promesa de diecinueve años Diego Pacheco (10-0, 8 KO), un peso supermedio de más de dos metros de envergadura, contra Juan Antonio Méndez (12-3-2, 10 KO). Fue el combate con más diferencia de la noche, pues Pacheco clavaba manos en el rival desde el inicio, tanto arriba como abajo, hasta que el árbitro paró las hostilidades por la gran diferencia entre los dos boxeadores. Era tan solo el segundo asalto, pero no merecía la pena continuar dado el nivel tan diferente entre un deportista y otro.