Daniel Pi
@BastionBoxeo

En un caso con algunas similitudes con el de otro pegador mexicano como Luis Nery, si bien terminado más favorablemente para los intereses del boxeador, el también azteca Julio César Martínez (15-1, 12 KO) (en la imagen), que dio positivo en control antidopaje hace sólo unas semanas, logró disputar un mundial WBC y vencer el combate antes del límite, coronándose monarca del peso mosca batiendo al coaspirante nicaragüense Cristofer Rosales (29-5, 20 KO) por KOT en el noveno episodio. No obstante, aunque muchos alabarán la contundencia mostrada por Martínez, el caso es que la sombra de la duda rodea completamente este triunfo y seguirá haciéndolo en los posteriores que dicho púgil logre.

Tal y como se preveía, el choque fue intenso y dejó repetidos intercambios de golpes de mucha dureza, planteamiento en el que el boxeador con más pegada y más resistencia, en este caso Martínez, tenía todas las de ganar, siendo otra cuestión si logró dichas ventajas físicas por medios lícitos o no. Aunque sus arremetidas en ocasiones carecían totalmente de técnica, avalanzándose sobre su rival frontalmente lanzando uppercuts y ganchos, la potencia de sus puños era enorme y ello se dejó notar en todo momento, llevándose la mejor parte con los golpes de poder a pesar de que el valiente Rosales, con superior ejecución técnica, lograba impactar contragolpes en hook o directo de gran nitidez aprovechando las grandes brechas defensivas de su adversario.

Así, si bien en el segundo round logró sacudir a Martínez con una derecha y le abrió un corte cerca del ojo derecho un par de rounds más tarde, Rosales fue yendo cada vez a menos, ensangrentándose su rostro y tratando de mostrarse más móvil. De todos modos, esto de poco le sirvió, menos aún siendo un boxeador que suele combatir portando la iniciativa, por lo que Martínez continuó castigando con sus curvos, que estremecieron al nicaragüense en el sexto episodio. Durante los asaltos que fueron desde este hasta el noveno, Rosales recibió golpes de poder en gran cantidad, estando visiblemente desgastado, por lo que el árbitro, cuando el púgil había quedado de espaldas a las cuerdas y había recibido una fuerte andanada, decidió intervenir y detener las acciones.

Contando con un muy fuerte apoyo promocional y el beneficio de la duda del organismo en el que reina, elementos que le reportarán además el apoyo total de ciertos medios, un Martínez con demoledora pegada tiene de su lado los factores adecuados para lograr éxitos en la categoría y quizás en alguna superior, al menos hasta que se encuentre con un boxeador elevadamente dinámico y técnico o hasta que se tope con un noqueador que pueda aprovechar su mala defensa. Con todo, habiéndose producido su coronación en circunstancias muy cuestionables, que logre el apoyo del grueso de los aficionados y de un buen sector de los expertos conllevará mucho más trabajo, si es que algún día lo llega a conseguir.

Chávez culminó su “show” con un abandono
El mundial arriba mencionado fue el semifondo del evento que se desarrolló la pasada madrugada en el Talking Stick Resort Arena de Phoenix (Estados Unidos), cartel encabezado por el choque entre Daniel Jacobs (36-3, 30 KO) y un Julio César Chávez Jr. (51-4-1, 33 KO) que, por los pelos, evitó una suspensión por saltarse un control antidopaje y que tuvo que pactar el peso antes del paso por la báscula por estar más de dos kilogramos por encima del límite del supermedio en el que inicialmente se había acordado el combate. Pues bien, tras estos nefastos precedentes, que sólo hicieron que engrosar una lista cargada de fallos en la disciplina de este boxeador, Chávez se retiró tras el quinto asalto sin aparentemente haber sufrido el castigo suficiente para ello.

Durante los dos primeros rounds atacó y conectó algunas manos aisladas contra un Jacobs poco activo, pero pronto el estadounidense alcanzó a Chávez con directos de ambas manos y algunos ganchos al cuerpo o al rostro. Finalmente, con “Miracle Man” yendo a más y Chávez más preocupado por quejarse y poner excusas que por boxear, en el cuarto asalto Jacobs se impuso claramente en un intenso cruce de golpes, llegando de nuevo con manos nítidas en el quinto round, provocando una hemorragia nasal a su rival, que en el siguiente descanso abandonó.

Tras el enfrentamiento Chávez intentó excusarse afirmando que Jacobs había usado cabezazos y codazos y que quería la revancha, pero esto no convenció a los aficionados que, sorprendentemente, todavía guardaban confianza para él a pesar de que lleva años decepcionando a todos los que le rodean. Por su parte, Jacobs apuntó a choques tanto en el peso medio contra Charlo o Golovkin como en el peso supermedio ante Saunders o Callum Smith.