Daniel Pi
@BastionBoxeo

Con su increíble capacidad de deshidratación y rehidratación (en su anterior combate afirma que perdió 16 kg en la semana de la pelea) y su tamaño, fortaleza, resistencia y frecuencia de golpeo, el estadounidense Jarrett Hurd (23-1, 16 KO) parecía casi imbatible en el peso superwélter, pero su reinado como titular mundial WBA-IBF y como número 1 de la división llegó a su fin la pasada madrugada en el EagleBank Arena de Fairfax (Estados Unidos), dado que su compatriota, y retador oficial, Julian Williams (27-1-1, 16 KO) dio la sorpresa con una arriesgadísima táctica que le valió para derribar y vencer por decisión unánime a “Swift”.

La victoria de Williams fue muy clara a pesar de dos de las cartulinas, que dieron un incomprensiblemente ajustado doble 114-112, siendo la restante tarjeta de 116-112 mucho más acorde a lo sucedido.

Quizás inspirado por la buena resistencia ofrecida por Erislandy Lara en los intercambios ante Hurd, Williams decidió apostar a todo o nada y en el segundo asalto se paró delante de su adversario dispuesto a cruzar golpes sin espacios, táctica que pudo parecer una temeridad absoluta pero que, al contrario, aprovechando su menor envergadura y su mayor explosividad, le sirvió para asestar durísimos golpes de poder en croché. Así se abrió la puerta a una derecha a la sien que dejó a Hurd tocado, siendo derribado con un hook zurdo posteriormente.

La campana intervino en un momento idóneo para Hurd pero, pese a salvarse, en adelante el choque siguió mostrándose desfavorable para él, puesto que en los muy intensos cruces de golpes en corta que se produjeron el monarca unificado no lograba progresar, resultando mucho más eficaz el trabajo de Williams con sus poderosos curvos, que incluso encerraron a su adversario contra las cuerdas. Aun así, generándose una contienda espectacular y emocionante, Hurd soportó el castigo y contestó con tenacidad, logrando en el quinto round estremecer al aspirante con sus ganchos. Tras dicho episodio, en el sexto asalto salió a la carga para intentar explotar esos problemas.

Ante el renovado intento de avance de Hurd, que incluso empujó hombro contra hombro para tratar de hacer retroceder al rival, Williams hizo ajustes para moverse evitando las cuerdas, creando diagonales y usando su jab, pero al ver que el campeón estaba dañado en su ojo izquierdo saltó sobre él, lo arrinconó y le asestó temibles ganchos, que sólo fueron replicados por mera valentía. Finalmente, tratando de evitar la derrota, Hurd fue más agresivo en el último tramo, pero estaba muy desgastado y su manoteo fue igualmente superado por la superior contundencia y claridad de un Williams que abría huecos encadenando uppercuts con ganchos y que volvió a estremecer a su contrincante.

Esta victoria contra pronóstico trastorna definitivamente los planes que PBC tenía para una unificación entre Hurd y Charlo, que también perdió su corona inesperadamente ante Tony Harrison, si bien en su caso con polémica. No la hubo en el duelo entre Williams y Hurd, admitiendo el derrotado que su adversario fue mejor que él. Aun así, eso no significa que vaya a resignarse, ya que tras el combate Hurd confirmó que había una cláusula de revancha en el contrato de la pugna y que piensa recurrir a ella para intentar recuperar sus cintos.