Darío Pérez
@Ringsider2020
El Tottenham Hotspur Stadium londinense será el escenario este sábado, en horario de tarde-noche española, de una de las peleas más atractivas de todo 2021.
Anthony Joshua (24-1, 22 KO), británico que ostenta los campeonatos mundiales IBF, WBA y WBO del peso pesado, arriesga sus privilegios ante el ucraniano Oleksandr Usyk (18-0, 13 KO), que subió a la máxima categoría tras no quedarle desafíos en el crucero.
A sus 34 años, el formidable ucraniano, tras Witherspoon y Chisora, ante el que se vio sorprendido en algunos momentos iniciales, tiene ante sí el pasaporte a ser considerado uno de los mejores boxeadores del siglo XXI. Campeón mundial y olímpico, los mayores éxitos de los que puede presumir un boxeador amateur, ganó las World Boxing Super Series del peso crucero y fue campeón indiscutible de la categoría. Tras ello, decidió dar el salto al peso pesado, algo lógico en el desarrollo de su carrera; ¿Cómo dudar de él tras esta presentación? El único motivo podría ser su diferencia de tamaño con el propio Joshua o Tyson Fury, Deontay Wilder… Es decir, los boxeadores con un tamaño descomunal. Usyk supera el 1’90 metros de altura, algo nada desdeñable en, podríamos decir, cualquier época de la categoría sin límite de peso excepto la actual. Sin embargo, se le ha visto con mayor corpulencia en la preparación para la cita de mañana, para minimizar el hecho del déficit físico ante su escultural contrincante; por contra, la ventaja de ser zurdo, algo que siempre resulta un desafío para los rivales entre las dieciséis cuerdas.
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Porque Anthony Joshua es, posiblemente, el físico ideal para dominar el boxeo; en Londres 2012, salió con el oro colgado al igual que el ucraniano que verá mañana enfrente. Altísimo, rondando los dos metros, y presentando aún mayor envergadura, contemplado por 31 años de madurez deportiva y nada exento de habilidad técnica, con notable rapidez y una pegada más que destacada. Solamente contra Joseph Parker y en la revancha contra Andy Ruiz le faltó noquear a su rival, algo que sí ha hecho con nombres como Povetkin, Wladimir Kitschko, Charles Martin o Pulev, su última pelea el pasado diciembre. Se le ha visto fino de aspecto en las últimas semanas, sin buscar un plan que podría parecer lógico de antemano como podría ser la utilización de su enorme tamaño para avasallar a Usyk. Joshua va a elegir boxear, y solo queda saber si su aparente fragilidad de encaje aguanta las embestidas de Usyk y supera la que podría ser última prueba antes de la unificación final del peso pesado.
En la báscula han dado 108,900 kg Joshua, mientras que el aspirante Usyk ha dado 100,350 kg, el mayor peso de su carrera.
El semifondo de la gala será otro campeonato mundial, el WBO crucero que dejase, en su día, el propio Usyk. El campeón actual, otro británico de Matchroom Boxing como Lawrence Okolie (16-0, 13 KO), expone su cinto contra el montenegrino Dilan Prasovic (15-0, 12 KO). Okolie ganó la distintiva faja en su última pelea, contra el polaco Krzysztof Glowacki, y hará su primera defensa en una perfecta metáfora de su carrera, con un rival medido, de récord artificial y aparentemente atractivo, pero de un nivel bastante inferior a él. Muy favorito a los ojos de aficionados y apostantes será Okolie, que esperará a que Mairis Briedis en próximos meses tras la próxima defensa del letón, lo que supondría un nuevo campeonato lineal del peso crucero en pocos años, algo deseable en cualquier categoría de peso para respetar al boxeo y sus aficionados.
Otros buenos combates nos mostrarán a Callum Smith (27-1, 19 KO) en el peso semipesado, tras subir del supermedio una vez que fue vencido por «Canelo» Álvarez. Se enfrentará al duro dominicano Lenin Castillo (21-3-1, 16 KO), perfecta piedra de toque para ver el nivel del local contra un semipesado natural, aunque Smith no tendrá desventaja alguna en sus medidas corporales.
Dos invictos de peso wélter también se miden con un título IBF intermedio en juego, el rumano Maxim Prodan (19-0-1, 15 KO) y el mediático albanés Florian Marku (8-0-1, 6 KO), combate en teoría igualmente muy bien casado.
El hijo del grandísimo Ricky Hatton, Campbell Hatton (3-0, 0 KO), se verá las caras en el límite del ligero contra Sonni Martínez (2-4, 0 KO), uruguayo afincado en España que sustituye a Izan Durá, rival inicialmente previsto para Hatton. Veremos si el tierno británico mejora la impresión que ha dado en sus primeras tres peleas contra un boxeador que tiene un récord engañoso por la dificultad de sus compromisos y haberlos hecho fuera de casa.
La velada íntegra podrá verse este sábado por DAZN a partir de las 19:00.
