Daniel Pi
@BastionBoxeo

Horas después de la confirmación oficial del campeonato mundial WBC del peso pesado entre Deontay Wilder y el excampeón unificado Tyson Fury, el monarca WBA, WBO e IBF del peso máximo Anthony Joshua (22-0, 21 KO) estaba emplazado a su segunda aparición estelar en el estadio londinense de Wembley (Reino Unido), pelea que por la presión acumulada recientemente era vista más como una ocasión para el obligado lucimiento que un nuevo baño de masas. Pues bien, este sábado, ante su retador obligatorio Alexander Povetkin (34-2, 24 KO), Joshua logró un triunfo por KOT en el séptimo asalto, pero no logró responder a las críticas de forma contundente pese a ello, puesto que hasta el momento de la detención la actuación del británico estaba resultando bastante floja.

Manteniéndose fuera del alcance de los directos del campeón, Povetkin realizó repetidas veces arremetidas enlazando un par de puños curvos, ataques con los que alcanzó con claridad a Joshua, moviéndolo ligeramente en el segundo round con un croché zurdo precedido por un uppercut diestro. En ocasiones Joshua, que padecía una hemorragia nasal causada por una combinación de curvos en el round inicial, impactaba secos jabs, pero su uso de los directos, la principal arma para aprovechar su ventaja en alcance y contener el avance de su rival, era por lo general bastante deficiente, siendo de nuevo estremecido en el tercer round por un gancho zurdo de un Povetkin que realizaba también buenas esquivas de cintura.

Alcanzado el cuarto asalto, Joshua se mantenía excesivamente cauteloso, cediendo la iniciativa e incluso caminando el ring, una imagen casi insólita en su carrera, todo ello a la vez que Povetkin dejaba claro que era el boxeador con más intencionalidad ofensiva anotando manos salteadas pero con mayor frecuencia que su adversario.

La pelea se le estaba poniendo cuesta arriba a Joshua, pero éste, aun así, mostraba una desidia combativa sorprendente, contentándose con leves jabs que no compensaban los crochés, uppercuts y ganchos que las osadas entradas de Povetkin impactaban. No obstante, en el ecuador de la pelea el uso de la mano izquierda de Joshua aumentó su efectividad, al igual que la eficacia de sus acciones defensivas, si bien esto no permitía prever lo que llegó en el séptimo round. En éste, una derecha recta, que sucedió a una izquierda al torso, dejó muy tocado al visitante, que recibiendo ganchos zurdos y derechas cayó a la lona. Povetkin se alzó con muchos problemas, de modo que una última ofensiva de Joshua con hooks y rectos supuso la detención.

En cuanto al plan de futuro inmediato para Joshua, éste está, en cuanto a tareas organizativas, claro y confirmado: combatir el 13 de abril de nuevo en el estadio de Wembley. Con todo, la gran pregunta es contra quién pugnará en dicha fecha. Según el mánager de Wilder, por su parte desean reanudar las negociaciones cuanto antes, mientras que Eddie Hearn ha declarado lo mismo, señalando además que va a enviar una nueva oferta. En cualquier caso, no pasa por alto, como ya era evidente desde hace mucho tiempo, que cuanto más se aplace la pelea entre ambos más dinero generará, más aún si Wilder lograse vencer a Fury, por lo que quizás el 13 de abril sea una fecha demasiado próxima para satisfacer económicamente a las partes implicadas.

Por otra parte, si fuese Fury quien venciese a Wilder, sería difícil que Frank Warren no explotase su nueva coronación para realizar varias defensas, que igualmente atrasarían una eventual unificación ante Joshua. Así, se considera que el ganador de la revancha entre Dillian Whyte y Dereck Chisora, que presuntamente tendrá lugar a mediados o finales de diciembre, será el galardonado en abril con la mayor oportunidad en el peso pesado profesional: pelear por tres coronas mundiales conjuntas teniendo asegurados varios millones de euros de bolsa.

Triunfos de los favoritos
En el respaldo, los pronósticos se cumplieron, venciendo todos los favoritos. El invicto peso pesado ruso Sergey Kuzmin (13-0, 10KO) derrotó por abandono en el cuarto asalto a David Price (22-6, 18 KO), alegando éste una lesión en el bíceps derecho que muchos ponen en duda al igual que la conveniencia de que su carrera siga adelante.
También, el olímpico Lawrence Okolie (10-0, 7KO) se proclamó campeón británico del peso crucero en una pelea horrenda, llena de clinches y marrullerías, irregularidades por las que recibió el descuento de tres puntos, pero en la que venció por decisión unánime (114-113, 114-112 y 116-110) al titular Matty Askin (23-4-1, 15 KO).
Finalmente, en el semifondo del evento y en un duelo de revancha, el oro olímpico Luke Campbell (19-2, 15 KO) derrotó por clara decisión unánime (119-109, 118-111, 116-112) y con una buena actuación a Yvan Mendy (40-5-1, 19 KO). Dado que este combate era una eliminatoria WBC del peso ligero, Campbell se convierte en aspirante obligatorio de Mikey García.