Fernando Sanz
@fer_tito_14

El excampeón total del peso superligero, el escocés Josh Taylor (19-3, 13 KO), ha anunciado formalmente su retiro del boxeo profesional a la edad de 34 años, debido a un problema ocular persistente que ha afectado su salud y sus perspectivas competitivas. Taylor, quien se desempeñó como campeón unificado de la división después de obtener los títulos de la WBA, WBC, IBF y WBO, emitió un mensaje conmovedor en redes sociales para explicar su decisión. “Mientras el luchador en mí siempre quiere continuar, debo escuchar a los profesionales médicos”, afirmó con contundencia ‘El Tornado de Tartán’. A ello añadió: “Ciertamente no es la forma en que quería retirarme, pero debo escuchar a los médicos y a quienes me rodean».

Asimismo, expresó su gratitud por el apoyo de sus seguidores y seres queridos durante su trayectoria para convertirse en una figura de renombre en el boxeo: “Soy solo un chico que llegó a la cima del deporte, pero no podría haberlo logrado sin quienes me han apoyado en las buenas y en las malas”.

El púgil escocés realizó su último combate en mayo de 2025 ante Ekow Essuman (22-1, 8 KO) y perdió por decisión unánime. Mismo resultado que en sus dos últimas peleas anteriores contra Jack Catterall (31-2, 13 KO) en 2024 y ante Teófimo López (22-1, 13 KO) en 2023. En aquel momento, comenzaron a surgir interrogantes acerca de su condición física. Y es que la lesión ocular, que había estado presente desde combates previos, no sólo no mejoró, sino que le afectó significativamente a su preparación.

En el año 2021, Taylor alcanzó un logro significativo al vencer a José Carlos Ramírez (29-3, 18 KO), consolidándose como el sexto campeón total en la era de los cuatro cinturones. Con un estilo caracterizado por su frialdad y efectividad, se ganó el respeto tanto dentro como fuera del cuadrilátero, aunque también generó controversia tras su ajustada victoria sobre Jack Catterall en 2022, lo que posteriormente dio lugar a una revancha.

Su impacto en el boxeo británico es innegable, ya que fue el primer boxeador escocés en ostentar el título de campeón indiscutido y uno de los pocos en lograrlo sin competir fuera de su categoría. Se retira con un historial destacado, dejando un vacío significativo entre las figuras prominentes del Reino Unido.