Darío Pérez
@Ringsider2020

El cántabro Jon Míguez (15-0, 7 KO), en el rol de campeón, y el aragonés Jonathan Valero (10-7-1, 3 KO), como aspirante, disputaron el Campeonato de España wélter esta noche en el Palacio de los Deportes de Santander.

La pelea principal de la gala organizada por MGZ mostró a un Míguez tratando de dominar desde el inicio, con un primer asalto serio por parte de ambos y alternancia de guardia por parte del campeón. Y, en el principio del segundo round, llegó un desenlace más temprano de lo previsto: una combinación del de Castro Urdiales con tres manos, la última de ellas con la izquierda por dentro de la guardia, hicieron que Jonathan Valero no pudiera levantarse antes de que el señor Marichalar completase la cuenta de diez.

Con gran deportividad, Míguez se preocupó por el estado de su rival incluso dirigiéndose a la familia del caído, mientras que Valero aplaudió y reconoció la victoria del aún campeón; nos quitamos el sombrero ante el comportamiento de ambos púgiles.

En los combates previos, el peso ligero Jokin García (2-0, 2 KO) venció por abandono en el tercer asalto al ucraniano Yevhen Kostenko (1-1, 1 KO), después de que este se tragase muchas manos, mostrando gran fortaleza y ambición previamente al final del pleito.

En el peso supergallo, Santiago Vanegas (6-0, 1 KO) derrotó por puntos en seis asaltos al italiano Andrea Lo Sicco (0-3-2, 0 KO), derribando en el tercer asalto a un valiente transalpino en una mano que no nos privó de asistir a bellos intercambios con Vanegas siempre llevando la mejor parte.

Además, el dominicano Saúl Luna (5-2, 1 KO), también dentro de la categoría del ligero, derrotó al veterano ucraniano Artem Ayvazidi (12-21-1, 5 KO), una dura piedra de toque en la carrera del bilbaíno de adopción que realizó un combate más que digno ante un mejor Luna. Los jueces dictaminaron que Luna venció el combate en seis asaltos con una sorprendente decisión dividida de la que, lamentablemente, no se escucharon las puntuaciones, una práctica que perjudica la transparencia del boxeo, ya que los aficionados no saben los veredictos exactos de los jueces.