Daniel Pi
@BastionBoxeo

Parece que se ha convertido ya en una tradición, más que en una tendencia, en el boxeo profesional: cada vez que se produce un corte espantoso los árbitros incumplen flagrantemente su principal cometido, velar por la integridad de los boxeadores, permitiendo que durante rounds y rounds los púgiles a los que se les está desprendiendo un pedazo de carne sobre los ojos sigan combatiendo.

Esto, que ha tenido ejemplos recientes en combates de Tyson Fury, Sergiy Derevyanchenko o Anthony Dirrell, volvió a verse en el Meridian at Island Gardens de Miami (Estados Unidos) la pasada madrugada, puesto que Joseph “Jo Jo” Díaz (31-1, 15 KO) padeció un corte espantoso en el segundo asalto por cabezazo involuntario de Tevin Farmer, brecha que era peligrosísima y que debería haber hecho que el combate se parase en el mismo instante de producirse, si bien la pelea duró los doce asaltos. Finalmente, el encuentro terminó con la victoria de Díaz por decisión unánime (116-112 y doble 115-113) sobre el hasta entonces campeón mundial IBF del peso superpluma Tevin Farmer (30-5-1, 6 KO).

Sin duda, el elemento central del enfrentamiento fue el citado corte de Díaz, que fue revisado por el médico una sola vez antes del tercer round y nunca más se detuvieron las acciones para que volviese a revisarlo. Así, nuevamente, un árbitro, en este caso Samuel Burgos, se mostró totalmente negligente, mientras que al médico no se le puede llamar otra cosa que carnicero, dado que tras ver el agujero sobre el ojo izquierdo de Díaz y ver cómo se le plegaba la piel abierta sobre el mismo no debería haber permitido que todo siguiera. Si los médicos de ring sólo van a servir para decir “todo bien” y dar una coartada, su puesto se convierte en irrelevante e innecesario.

Dejando de lado este asunto, por lo demás el combate, que no debería haber seguido, fue controlado por Díaz que, aprovechando que Farmer cometió el incomprensible error de quedarse detenido en el centro del ring, pudo combatir en su mejor distancia, la media-corta, y llegar de forma recurrente y clara con sus ganchos y sus directos. Teniendo uno de los mejores juegos de piernas del boxeo y gran destreza defensiva, Farmer debió haber utilizado espacios y dinamismo, pero persistió en el combate con limitada distancia, en muchas ocasiones incluso aceptando el golpeo entre clinches, siendo superado por volumen y potencia. De ese modo parece que las puntuaciones fueron generosas con él, que solamente tuvo acierto consistente en un par de rounds.

Cuando Díaz se vio el corte en la pantalla gigante, salió de su boca el equivalente en inglés a un “¡J****!”, que pudo ser leído perfectamente en sus labios, viéndose como su expresión de alegría por coronarse se oscurecía al instante al darse cuenta de la dimensión del tajo. Como logró la victoria, posee un tremendo coraje y un buen apoyo promocional, el corte no debería ser un impedimento determinante para su carrera si el cirujano se lo trata exitosamente. Aun así, no se debería esperar para pronto su primera defensa, puesto que, no habiendo firmado ningún contrato de combate que le haga precipitarse (como sí le ha sucedido a Tyson Fury), necesitará el debido tiempo para curarse y poder volver a hacer sparring con garantías.