Manuel Valero
@Manu_Valero

El estadounidense Jarrett Hurd (20-0, 14 KO) se coronó campeón mundial IBF del peso superwélter al derrotar por nocaut técnico en el noveno asalto a su compatriota Tony Harrison (24-2, 20 KO), en el Legacy Arena de Birmingham (Estados Unidos). Ambos contendientes emplearon los primeros asaltos para calibrar sus fuerzas, así como para encontrar la distancia que podía llevarles a la victoria, demostrando Hurd que era el púgil con más pegada sobre el cuadrilátero, por lo que Harrison optó por usar su juego de pies, tratando de mantener a raya a su rival con la mano izquierda. Con el paso de los asaltos, el combate fue ganando intensidad, contrarrestando Harrison con combinaciones los golpes aislados de «Swift» Hurd.
Cuando queaba menos de un minuto para que finalizase el noveno asalto, una potente derecha de Hurd derribó a Harrison, que se levantó muy aturdido, dejando caer su protector bucal a la lona, por lo que Jim Korb, árbitro de la pelea, decidió detener las acciones. En el momento de la parada arbitral, las tarjetas eran favorables al nuevo campeón (75-77, 75 y 77-77), cuando Harrison iba bajando su rendimiento, dado el cansancio y los golpes acumulados.

«¡Lo conseguí! Harrison fue un rival muy duro, sabíamos que trataría de moverse mucho, pero cazándolo abajo y presionándolo la victoria tenía que ser nuestra. Me cogió con un golpe que me afectó a la visión, y aún así continúe mejorando a lo largo del combate. El Team Swift está preparado para el siguiente reto que nos pongan», declaró un eufórico Hurd en la rueda de prensa posterior a la pelea. El boxeador de Accokeek sucede como campeón al tejano Jermall Charlo, que decidió abandonar el cinturón para subir al peso medio, dados sus problemas para cumplir con el límite de los 69,850 kg.