Daniel Pi
@BastionBoxeo

Han transcurrido sólo cinco meses desde que la bomba del triple positivo en control antidopaje (hormona del crecimiento, EPO y Endurobol) de Jarrell Miller (en la imagen) estalló antes del enfrentamiento que debería haber realizado contra el entonces monarca unificado Anthony Joshua, que finalmente tuvo que medirse a Andy Ruiz en un combate que terminó con la inesperadísima coronación del mexicano.

Inicialmente, Miller afirmó que lucharía contra lo que calificó como falsa acusación, aunque muy poco tiempo después terminó cambiando la versión para acabar confesando:

La he liado. He tomado una mala decisión. Había muchas formas de manejar la situación. La he manejado equivocadamente y estoy pagando un precio por ello: he fastidiado una gran oportunidad y eso me duele por dentro. Pero, voy a confesar. Voy a lidiar con ello. Voy a corregirlo. Volveré mejor y la experiencia me ha dado humildad”.

Pues bien, aunque no hay duda alguna sobre su culpabilidad, que con una denuncia por lo penal le habría podido llegar a suponer una condena de cárcel, y aunque además hay que recordar que Miller era reincidente, ya que dio positivo por metilhexanamina en 2014 cuando era kickboxer (la Comisión de California lo suspendió nueve meses), todo está en marcha para que pueda volver, además por la puerta grande, aunque todavía no se han cumplido ni los seis meses de sanción que con injustificable tibieza le puso la WBA.

Si bien deberá esperar unos días para que esa sanción se cumpla y aunque deberá solicitar de nuevo una licencia de boxeador profesional a la Comisión Atlética del Estado de Nueva York (hay que recordar que muy extrañamente a nadie se le ocurrió mirar si su licencia estaba caducada, como efectivamente lo estaba, de modo que se libró de la sanción de dicha comisión por esa brecha en las normas), Miller no ha perdido tiempo para preparar su vuelta a los rings y lleva ya semanas negociando diversas peleas y un contrato con, al menos, un gran grupo audiovisual. Así, en cuanto se le dé pronto la luz verde, Miller podrá saltar a los cuadriláteros como si nada hubiese pasado, incluso con su poder en la mesa de negociaciones mejorado.

Respecto a los enfrentamientos que está negociando, sobresale, por encima de todos, un posible duelo ante Joe Joyce, boxeador representado por el promotor Frank Warren. El presidente de la compañía Queensberry Promotions ha querido dejar meridianamente claro, sin mencionar directamente el dopaje de Miller, que desea hacer la pelea y que no depende de él, sino que sólo está esperando a que le devuelvan la licencia al estadounidense:

No tengo ningún problema con la pelea y la haría en un segundo. Depende del neoyorquino grande conseguir que le den licencia”.

Al escuchar tales declaraciones, muchos se han preguntado, ¿cómo no se puede tener problema con que un sancionado y confeso dopado pueda enfrentarse a tu boxeador y ponga en peligro su salud, condicionando la pelea entre ambos sólo a un mero trámite administrativo? Aunque las negociaciones han conllevado durísimas críticas contra Warren, éste ha hecho oídos sordos, dejando entrever que no va a renunciar a un combate que le podría dar mucho dinero. Con todo, hay que subrayar una cosa: Miller no es el único que puede hacer que Joyce le proporcione grandes ganancias al promotor Frank Warren, todo lo contrario, y justificar su elección alegando que beneficia a su negocio es un argumento absurdo, ya que muchos otros le darían incluso mayores dividendos enfrentándose a “Juggernaut”.

De todos modos, en foros y redes sociales muchos han afirmado que les gustaría ver el combate Joyce-Miller, esperando y deseando estos que el gigante británico le dé un correctivo tan severo a “Big Baby” Miller que sirva como un sustitutivo del castigo que los organismos y comisiones han sido incapaces de poner. Asimismo, dichos aficionados señalan que al fin y al cabo, sólo se le darían ganancias durante una pelea, algo muy distinto a lo que busca la cadena estadounidense ESPN.

Según el propio Miller ha confirmado, está negociando con dicha televisión para un acuerdo que se señala que podría darle las mayores ganancias de toda su carrera hasta la fecha. Con todo, Miller no quiso cerrarse la puerta a seguir combatiendo en DAZN, donde había realizado sus últimas dos peleas:

Todos somos seres humanos, todos cometemos errores. Adelante a las cosas más grandes y mejores. No sabemos si ESPN es el paso que dar, estamos negociando ahora mismo, veremos. Todavía quiero a DAZN, me trataron muy bien. Eddie Hearn me trató muy bien hasta ese punto [el positivo en dopaje antes del combate contra Joshua]. Son negocios, pero a veces las relaciones causan que pienses y te preguntes qué funcionará mejor”.

Sin que se sepa si DAZN y Hearn querrán hacerle una oferta, habiéndose limitado a decir el citado promotor que hablará con Miller sin especificar nada más, que ESPN esté pensando en contratar a un púgil que ha realizado dos veces trampas confirmadas, y que en conjunto se han encontrado cuatro sustancias ilegales en su organismo, supera cualquier consideración racional. Que Warren quiera pagar a Miller para una pelea que podría ayudar a la carrera de Joyce no puede estar bien, pero no dejaría de ser un trato único, pero que ESPN pueda estar pensando en darle ganancias combinadas superiores al millón de euros con diversas peleas contra grandes exponentes está en otra dimensión.

Lógicamente, Bob Arum, que dirige las carreras de los peso pesado Tyson Fury, Kubrat Pulev, Bryant Jennings y Guido Vianello, además de tener buenas relaciones con otros púgiles de la división y sus promotores, tiene un gran margen de maniobra (desde la élite, pasando por aspirantes de la cúspide, sólidos top 15, boxeadores cercanos a las listas y promesas en ascenso) para poner a Miller en sus carteles y sacar infinitos réditos explotando el desdén de la gente por dicho boxeador, que podría ser situado, gane o pierda, en peleas con sentido económico. No hay que olvidar que Arum ha señalado una y mil veces que lo que da dinero de verdad es la división del peso pesado.

Por ello, esperándose a lo que decida la Comisión Atlética de Nueva York, que es la única que podría aplazar su retorno negándose a darle la licencia (si bien Miller podría solicitar la licencia en otro lugar), no son pocos los que piensan que antes de que termine el año podría regresar a los rings, estando la mayoría convencidos de que, como muy tarde a principios de 2020, Miller continuará su camino escalando hacia las máximas peleas sin mayor impedimento.