Daniel Pi
@BastionBoxeo

Quienes no conocen el boxeo en ocasiones dudan de su capacidad para mantener a nivel mundial un calendario estable de eventos y combates. En cambio, quienes lo conocemos sabemos que son inexistentes las semanas en las que la actividad pugilística llega a desparecer. Así, menos de una semana después de que terminase la temporada 2017, sin transcurrir meses de descanso como en otros deportes, el boxeo vuelve a ponerse en marcha con su primer combate de relevancia del año 2018.

Y es que este sábado el durísimo mexicano César Juárez (20-5, 15 KO), que tan temible batalla ofreció ante Nonito Donaire, peleará en una eliminatoria final WBO del peso supergallo ante uno de los principales prospectos africanos de la actualidad como el olímpico ghanés Isaac Dogboe (17-0, 11 KO), logrando el ganador un título provisional interino que le convertirá en retador oficial inmediato del monarca absoluto Jessie Magdaleno.

Haciendo gala de su apodo, “Corazón” Juárez no ha dudado en encarar esta complicadísima pelea como visitante, para lo que tendrá que combatir en el Bukom Boxing Arena de Accra, la capital de Ghana. Teniendo en cuenta que esto será una desventaja, el licenciado en derecho y máster en criminología tiene claro con qué actitud combatir: “Voy a ir a por el nocaut con todo desde el principio. Como siempre hago, desde el primer round voy a salir a morir en la raya en la búsqueda del KO”.
Dejando de lado su condición de visitante, la tarea no será en absoluto sencilla para Juárez, ya que Dogboe está dejando muy buenas sensaciones. Tanto es así que se ha llegado a decir que puede ser el mejor boxeador africano que ha habido desde Azumah Nelson. Aunque la comparación entre ambos es precipitada, “Brave Son” Dogboe, que en los Juegos Olímpicos de Londres fue derrotado por la mínima por el bronce Satoshi Shimizu, es un boxeador muy veloz y hábil que ha arrollado a la oposición regional y que en su mayor test hasta la fecha se impuso por abandono en seis asaltos al competente exretador mundial Javier Chacón, por lo que no se le debe tomar ni mínimamente a la ligera.

Si bien a Dogboe le gusta presionar cuando es posible, delante tendrá a un peleador con increíble encaje y agresividad que buscará la distancia corta con inamovible tenacidad, de modo que será necesario para el local usar su juego de piernas para mantenerse dinámico y contragolpear. Teóricamente, dado que su técnica y recursos son superiores, Dogboe podría tener buenos resultados a la contra ante el mexicano, como los tuvo durante algunos rounds Albert Pagara, pero estos no garantizan ni mucho menos que consiga neutralizar definitivamente la pegada, la fortaleza y el coraje sin medida de Juárez, como demostró la remontada y el nocaut final que el filipino padeció ante éste. De hecho, el africano puede esperar verse, sea cual sea su táctica, constantemente amenazado hasta el último round por el acecho del americano, de modo que, no habiendo hecho frente antes a un nivel de combatividad equivalente y faltándole experiencia de calidad, es muy posible que pase por serias dificultades que sólo podrá suplir a base de capacidad de adaptación y destreza innata, estando garantizado un choque de estilos notablemente entretenido y emocionante.

En la ceremonia de pesaje, Dogboe marcó 55,156 kg y Juárez 55,066 kg, ambos por debajo del límite del peso supergallo de 55,300 kg, por lo que todo está listo ya para el enfrentamiento.