Manuel Valero
@Manu_Valero

La mayoría de deportes han apostado en las últimas décadas por aprovechar las nuevas tecnologías, con el objetivo de evitar errores que desvirtúen la competición. La NBA permite desde la temporada 2002/2003 que los árbitros detengan el juego para examinar repetida cualquier jugada que estimen conveniente. El tenis fue un paso más allá y desarrolló el popular «ojo de halcón», el cual es un sofisticado sistema que permite saber con precisión dónde ha botado la bola.

Uno de los deportes más reacios a introducir novedades, el fútbol, estrenará en unos dias el VAR (árbitro asistente de vídeo) en una Copa del Mundo. El pasado fin de semana, el Eintracht de Frankfurt se alzó con la copa alemana derrotando contra pronóstico al Bayern de Munich, que con el 1-2 en el marcador protestó airadamente un posible penalti cometido sobre Javi Martínez. Tras revisar las imágenes, el árbitro decidió que el contacto no era suficiente para decretar la pena máxima. Semanas antes, el colombiano Radamel Falcao criticó el VAR cuando el Mónaco perdió ante el París Saint Germain en la final de la copa francesa, donde también se recurrió al videoarbitraje.

El boxeo tampoco se ha caracterizado por el uso de las nuevas tecnologías, siendo un fracaso el sistema de puntuación digital que implantó la AIBA para dictaminar qué boxeador conectaba más golpes a lo largo de un combate. El WBC ha usado en varias ocasiones la repetición instantánea para acciones donde el árbitro ha tenido dudas, pero esta tecnología no ha terminado de consolidarse. Antes, habría que depurar este sistema, como quedó evidente cuando la Comisión Atlética de Nevada usó las imágenes de HBO para saber si Guillermo Rigondeaux había derribado a Moisés Flores tras finalizar el asalto. Una semana después, la Comisión Atlética de Nevada cambió el resultado a Sin decisión.

Tres días después de la pelea entre Marc Vidal y Kiko Martínez, y tras analizar todas las tomas posibles, todavía hay dudas de si el primer corte que sufrió el catalán fue fruto de un cabezazo o de un golpe. El árbitro tampoco pareció darse cuenta en un primer momento, por lo que al Sr. Bianco le hubiese sido de gran ayuda detener la pelea y examinar la acción. «Maravilla» Martínez comentó en Twitter la necesidad que tiene el boxeo de instaurar el «instant replay», finalizando su mensaje con la frase «organismos, hay que renovarse o morir».

Cabe recalcar que en países como España no siempre está disponible la posibilidad de recurrir a visionar imágenes en plena pelea, ya que por desgracia muchos son los combates de interés que no son grabados con un sistema profesional. Más lejano queda todavía que peleas que finalizan con puntuaciones en algunos casos incomprensibles, como el Gabriel Campillo vs. Beibut Shumenov II, y pueden ser vueltos a puntuar después en base a una grabación en vídeo. Se acumularían las peticiones de revisiones de resultados, además de que los jueces no apreciarían los mismos detalles que en directo. Sin embargo, el uso de la repetición instantánea para dictaminar cómo se ha producido un corte, siempre que sea posible, es una asignatura pendiente para los organismos, aunque en casos como en el del Vidal vs. Kiko tampoco termine de despejar las dudas.