Daniel Santana
@OscarSantana10

Hoy estaría cumpliendo 75 años Pedro Juan Carrasco García, Pedro Carrasco, «El marinero de los puños de oro», uno de los mayores exponentes de nuestro deporte y único boxeador español que el Consejo Mundial de Boxeo (WBC) ha incluido (diciembre de 1993), en su clasificación de los 40 mejores boxeadores de los últimos 40 años y también es el único que tiene el honor de figurar en el Salón de la Fama de Canastota (EE.UU).

Carrasco nació el 11 de julio de 1943 en Alosno, Huelva, y a los 8 años se trasladó con su familia a Sevilla, para posteriormente a Sao Paulo (Brasil). Allí comenzó a interesarse por el boxeo, participó en un torneo en el cual salió vencedor, y durante una gira a Italia participó en una serie de combates llegando a pelear dos veces en el día. Le gustó el país y se quedó a vivir allí, también fue el sitio escogido para debutar en el campo rentado, exactamente un 24 de octubre de 1962, contra Carlo Leggenda al que gana por KOT en dos asaltos.
El 2 de agosto de 1963, debuta en España derrotando a Manuel Carbajal “Manolín» (entrenador del actual púgil Carlos »Ratón» Pérez.) en seis asaltos por puntos.

Durante los dos siguientes años desempeña su carrera entre Italia y España, donde realiza una veintena de combates todos victoriosos, menos uno, su primera derrota, a manos del italiano Aldo Pravisani, por puntos en 8 asaltos.
En 1966 se estableció definitivamente en España donde engarzó una cadena de victorias que le valieron para optar al título de Europa del peso ligero. El titular del cinto era el danés Borge Krogh, un púgil con una amplia trayectoria amateur, 250 combates con 203 victorias, como profesional estaba imbatido en 28 combates. El resultado fue favorable al onubense por KOT en 8 asaltos, Krogh no salió al 9º round por recomendación del médico, tenía el rostro tumefacto y ambos ojos en lamentable estado. El combate se celebró ante 20.000 personas en la Plaza de Toros de Las Ventas de Madrid.
En su siguiente combate el resistente Carrasco se resarcía de su única derrota ganando por puntos a Aldo Pravisani.

Defiende su cinturón azul y dorado en cinco ocasiones, la más recordada fue la defensa del 13 de junio de 1969 contra el tinerfeño Miguel Velázquez, un combate escrito con letras mayúsculas en los anales del boxeo español, dos boxeadores en plenitud de condiciones que lo dieron todo, y más. Las crónicas hablan de un combate inolvidable, despiadado, dramático. El árbitro y juez único Fernando Perotti concedió la victoria a Carrasco por puntos en 15 asaltos, una distancia desconocida para el isleño que acababa de perder su aureola de imbatible. El combate se decidió tan solo por un punto de diferencia. El propietario del fajín sufrió rotura de la mano derecha, aproximadamente en el tercer round y el canario importantes cortes en ambas cejas, que le lastraron en los últimos compases. Carrasco ganó, pero también ganó Velázquez que salió del cuadrilátero a hombros.
Muchos creían y afirmaban que después de este choque fratricida ninguno de los dos volvería a ser el mismo, que sus cualidades menguarían, y nada más lejos de la realidad. Velázquez posteriormente se proclamó campeón de Europa y del Mundo y Carrasco ganó el campeonato de Europa en una categoría superior y disputó en tres ocasiones el Campeonato Mundial.

En mayo de 1971 frente al francés Rene Roque, se proclama campeón de Europa en una categoría superior, en el superligero (63,500 Kg)
El 5 de noviembre de 1971, en el Palacio de los Deportes de Madrid, Carrasco se enfrenta por el título del Consejo Mundial de Boxeo (WBC) del peso ligero, al mexicano nacionalizado estadounidense Armando Ramos, popularmente conocido como Mando Ramos. El título estaba vacante al negarse el escocés Ken Buchanan a encerrarse en un ring con Carrasco y optar por el panameño Ismael Laguna.
Durante el combate, Carrasco fue derribado en cuatro ocasiones, estaba perdiendo en las cartulinas y grogui encima del ring durante los últimos asaltos. En el penúltimo recibe un golpe bajo, sin amonestación, siguiendo las hostilidades, suena la campana, no la oyen y siguen enzarzados. Último asalto, tampoco oyen la campana de inicio, una vez incorporados y dispuestos a chocar los guantes, el árbitro nigeriano Samuel Odubite, de profesión electricista, y que arbitraba su primer y último combate, paró el encuentro descalificando sin avisos previos al californiano, dejando confundidos y pasmados a los 9.000 asistentes y a miles de telespectadores. De esta manera Carrasco se convirtió en el tercer campeón mundial español (el primero fue Baltasar Belenguer «Sangchili», 1935 y el segundo José Legra, 1968).

Tres meses después, el 18 de febrero de 1972, en campo contrario, en Los Ángeles, California, se realizó la revancha, nuevamente con resultado polémico. Dos de los jueces vieron vencedor a Ramos y uno a Carrasco. El público, el juez más sabio, ovacionó al onubense, que mereció el triunfo y abucheó a su vecino.

En este combate, Carrasco perdió una imbatibilidad histórica. Carrasco logró 93 combates imbatido, 92 victorias y un empate.
Ese mismo año, el 28 de junio, se vuelven a encontrar, con el título en juego, en el Palacio de los Deportes de Madrid. Carrasco fue derribado en los dos primeros asaltos. El californiano regresa a su casa con el merecido cinturón, aunque también hubo decisión dividida.
El «Marinero de los puños de oro», nombre de la película de 1968 en la que fue protagonista, (cumplió el servicio militar en Infantería de Marina), realizó dos combates más y colgó los guantes.

Fue campeón de Europa en dos categorías de peso, hazaña al alcance de solo otros dos españoles, Perico Fernández y Roberto Castañón.
Tras dejar el boxeo trabajó de relaciones públicas de una tabacalera y emprendió varios negocios.
Falleció a la edad de 57 años, el 27 de enero de 2001, en su casa de Madrid por una parada cardiorrespiratoria.