Julio González

El campeón mundial y europeo José Durán cumple hoy 75 años.

Nació en Madrid el 9 de octubre de 1945 en el barrio de Salamanca, pero siendo muy joven la familia se traslada al barrio de Peñagrande, cerca del barrio del Pilar, donde sus padres adquieren un terreno y comienzan a edificar una casa.

Durán es el cuarto de cinco hermanos. La infancia de Durán transcurre en Peñagrande, juega al futbol y admira a Alfredo Di Stefano, Puskas y Gento. Luego se pondría a trabajar en varios oficios, como fontanero, mecánico, cristalero y ajustador de matricero.

Con la excusa de rebajar grasa se apuntó al Club Salamanca. Allí conoce a Francisco Moreno, Peñalba y Enrique Soria. Un día Enrique Soria le dijo que porqué no se sacaba la licencia y entonces decide hacerle caso.

El 14 de febrero de 1964 debutó como amateur en la Sala Salamanca, el escenario donde presenció su primera velada. El debut fue con victoria por KO. Su familia no quiere que asista al gimnasio y le esconden la ropa y la bolsa y tiene que pedir a los compañeros los elementos para poder entrenar. Con el tiempo entenderían que era lo que deseaba y tuvieron que ceder.

Existe una curiosa anécdota, un día acudió a presenciar una velada y de pronto le llaman para que vaya a los vestuarios y le dicen que tiene que combatir al fallar un púgil. Durán se niega puesto que no está preparado y viene del trabajo. Entonces le proponen que si gana el combate irá con la selección castellana a los Campeonatos de España. Durán gana y se presenta en los XXXVIII Campeonatos de España de 1966 en Madrid. Pierde en la primera ronda, tiene la mala suerte de pelear con el campeón de la anterior edición; el zamorano Carlos San José.

Al año siguiente llega a semifinales en los campeonatos que también se celebran en Madrid, pero ese año acude con la selección a los Juegos del Mediterráneo que se celebran en Túnez en 1967. En primera ronda elimina al italiano Marco Scano, un buen boxeador que con el tiempo sería campeón continental. Luego le toca al tunecino Boukhris. Durán le somete a gran castigo, pero como pelea en casa del contrario le otorgan la victoria y Durán será bronce.

En 1968, su gran año, primero se proclama campeón de Castilla del peso wélter, luego se corona campeón nacional en los Campeonatos de España celebrados en Palma de Mallorca, gana los tres primeros combates por KO y en la final vence a Paulino Cabranes y se asegura su participación en los Juegos Olímpicos de México. Fue elegido el mejor boxeador en los campeonatos de España de Palma de Mallorca.

Acude a los Juegos Olímpicos con cinco compañeros más, siendo el único que pasó de primera ronda. Derrota por puntos a Koo Iso de Corea y pierde por puntos ante Musalnov de Rusia. En esta ocasión el seleccionador nacional era Ignacio Ara.

Nada más termino los Juegos Olímpicos habla con Enrique Soria para que solicite la licencia de profesional, y el 30 de noviembre de 1968 debuta contra Ben Amida en Barcelona consiguiendo una espectacular victoria por KO y las siguientes peleas de Durán también terminaron antes del límite con victorias muy claras y contundentes. Pero en su cuarta pelea no fue tan fácil, se enfrentaba a Arnau, al que vencería por puntos. Pero este triunfo fue muy difícil para Durán, el cansancio se hizo con él y menos mal que el rival estaba peor. Ese día Durán, decidió que no se sentaría entre asalto y asalto y es algo que cumpliría a lo largo de su carrera.

La carrera de Durán no es fácil en 1969, no conoce la derrota y se enfrenta a buenos boxeadores, Ribas, Cañadas, Vallecillo, Moktar y los extranjeros Adisa, Morkat y Soarez. En 1970 también comienza bien el año, derrotando a Cofie, Bautista, White y sufre su primera derrota. El francés Jean Josselin le vence en Madrid por puntos. El francés había sido campeón de Europa y esa noche Durán se siente satisfecho porque hizo un gran combate ante el francés. Unos meses después le llega su primera oportunidad al ser nombrado aspirante oficial al título nacional del peso wélter ante el catalán Antonio Torres. No se hace con el título al hacer combate nulo, las crónicas dicen que no arriesgo lo suficiente.

Al regreso a Madrid, Durán y su preparador Enrique Soria deciden continuar su carrera en el peso superwélter. En 1971 comienza venciendo a Josselin, el único hombre que hasta ese momento le había vencido, luego hace nulo contra el italiano Fabio Bettina un buen boxeador clasificado entre los primeros boxeadores de Europa y luego hace combate nulo contra José Hernández, el sordomudo catalán que en ese momento era campeón de Europa.

El siguiente año es más importante en su carrera, por fin consigue un título importante al coronarse campeón nacional superwélter, al vencer al vasco José María Madrazo. Ya figura en las clasificaciones europeas, ese año vence a Fabio Bettina que acababa de disputar el título continental a Hernández, al que puso en apuros para retener su título. También vence a boxeadores importantes como Chapier, francés, el italiano Gaberlli y el holandés “Fighting” Mack, excampeón de Europa. Bob Hoeberg, también excampeón continental, pierde con Durán, que revalida el título nacional ante Madrazo, en combate de revancha. Curiosamente en Barcelona es derrotado por el salmantino Ángel Guinaldo, esta representaba su segunda derrota como profesional, pero la gente esa noche se enfadó mucho al dar el resultado, al considerar que Duran no había perdido ese combate.

Durán-Madrazo

Pero el problema es que, aunque figura como número uno en las listas europeas, sigue sin ser nombrado aspirante al título continental. Sin embargo, en el WBC es clasificado como séptimo boxeador del mundo, y la WBA también le clasifica entre los diez primeros.
Durán es perjudicado por la EBU en sus reuniones anuales y no consigue que le nombren aspirante al título continental. En ese momento llega a plantearse dejar el boxeo. A mediados de 1973 los promotores españoles ofrecen a Kechichian, que era el campeón en ese momento, una buena oferta para que defienda su título en Madrid por dos millones de pesetas, y el armenio-francés considera a Durán un rival peligroso y decide defenderlo por menos dinero, ante un rival más asequible.

Por fin la EBU le nombra aspirante oficial y el 7 de junio de 1974 se enfrenta en el Palacio de los Deportes de Madrid a Kechichian. Durán no desaprovechar la oportunidad y en un magnifico combate le arrebata el título continental. Si los organismos europeos tardan en darle una oportunidad, Durán acelera su carrera y en poco tiempo defiende el título contra el alemán Eckhard Dagge, peligrosísimo adversario dotado de una poderosa pegada e ídolo alemán por su carácter simpático y mujeriego en su país, pero Durán le supera en Berlín ante el asombro de la crítica especializada.

Kechichian-Durán

En el mismo escenario de la primera defensa europea resuelve de forma brillante la segunda defensa contra el austriaco Johanm Orsolics, excampeón de Europa del peso superligero, título que defendió contra el canario Sombrita. El austriaco nada podrá hacer contra la clase magistral de nuestro campeón, Duran le derriba, le vence técnicamente, y le supera en pegada, decretando el árbitro el KOT en el decimocuarto asalto, el mismo resultado que contra Dagge.

Poco antes de dos meses, una nueva defensa contra el rocoso austriaco Franz Csandl, que se encuentra imbatido en su carrera. Durán viaja sin saber que le preparan una encerrona, para que se deje el título en Viena, pero al final no se lleva a cabo debido a que Durán realiza una de las mejores peleas de su carrera. Durán domina el combate de cabo a rabo, terminando el combate a lo campeón, en el decimoquinto asalto derribando al aspirante.

En poco tiempo ha realizado una carrera desorbitada sin tregua para recuperarse de combate en combate. Y curiosamente es en ese momento cuando la WBA se acuerda de él, y le nombra aspirante al título mundial que se encuentra vacante.
El 7 de mayo de 1975 se celebró la pelea en el Estadio Luis II de Montecarlo (Mónaco). El combate fue de gran emoción y conjugó la técnica del español con una poderosa pegada del brasileño que al final de los quince asaltos se impuso. Nada más comenzar, el brasileño salió agazapado esperando cazar al español con su poderosa derecha y en la primera ocasión que pudo conectó con la mandíbula del español este se fue a la lona visiblemente tocado. El español acabo el asalto como pudo. En el segundo el español apareció perfectamente restablecido y colocó una combinación que llegó a la cara y ceja del adversario produciéndole un corte en la ceja por el que manaba abundante sangre.

El árbitro paro el combate para revisar la ceja del brasileño y después de un rato mando continuar. En los siguientes asaltos el español pasó el tiempo intentado nivelar la pelea y procurando evitar la derecha del brasileño, algo que no pudo evitar en el octavo asalto cuando otra derecha volvió a recibir José Durán y por la que el árbitro del combate el alemán Herbert Thomser, le volvía a contar los ocho segundos de protección. A partir de ese momento el combate se hizo más interesante, el español intentó en todo momento imponer su mayor velocidad, su mejor técnica, pero el brasileño que en todo momento no mostró síntomas de cansancio y una magnifica preparación física fue imponiendo la potencia de sus golpes, que al final de los quince asaltos le dieron el triunfo.

Toda esta prisa de combates sin fin, provoca en nuestro campeón ese cansancio físico y mental del que no da tiempo a recuperarse, provocando la pérdida de las peleas por el título mundial y europeo seguidamente.

Después del mundial la EBU, obliga a Durán a defender el título en el plazo de un mes, el equipo del español pide un aplazamiento y el organismo europeo no se lo concede, teniendo que defender el título contra Dagge en el mes de junio, con la consabida perdida del cetro.

Todo parece indicar que la carrera de nuestro campeón llega a su fin, pero realiza varios combates durante el resto del año, venciendo al francés Jean Bellaiches, Freitas, Aldo Olivares y Mario Molina. Y curiosamente le llega una nueva oportunidad mundial.

La segunda oportunidad de disputar el mundial le llega a Durán después de que el equipo del campeón mundial el japonés Koichi Wajima le hiciera una oferta para enfrentarse al japonés. Wajima tenía firmado una pelea contra el argentino Miguel Ángel Castellini, este tuvo un accidente de automóvil y Wajima decidió dar una oportunidad al español para no perder los contratos que ya tenía firmados de publicidad y televisión. Los japoneses ofrecieron a Durán 850.000 pesetas, una buena cantidad. Aunque Duran manifestó que lo de menos era el dinero. Para esta pelea Durán se concentró quince días en la localidad madrileña de Torrelodones y conto con la ayuda como sparring del venezolano Aldo Olivares, Urtain y Nino Jiménez.

José Durán viajo a Tokio como víctima para que Koichi Wajima revalidara el título mundial. La pelea comenzó con un Wajima muy combativo buscando al español y golpeándole bien y adjudicándose el asalto. En el segundo el campeón comenzó atacando como en el primero, pero esta vez Durán aguantó las primeras acometidas y de una contra de derecha mandó al japonés al suelo por la cuenta de ocho. El resto de los asaltos se fueron sucediendo de la misma manera con un Wajima intentando cazar al español y entrando en la mayoría de los asaltos con la cabeza baja, por lo que fue amonestado por el árbitro en el décimo asalto. Por el contrario, el español fue neutralizando las acometidas del nipón, que según se sucedían los asaltos se ponía de manifiesto la superioridad del madrileño, en el decimotercer asalto Durán de un directo de derecha en la boca envío al japonés nuevamente a la lona por la cuenta de ocho. El final del combate se produjo en el decimocuarto asalto, al minuto de comenzar, José Durán conectó una potente mano derecha y el japonés muy tocado y fatigado se derrumbó en la lona por la cuenta de los diez fatídicos segundos.

Wajima-Durán

El regreso de Durán fue algo impresionante, desde el aeropuerto de Barajas hasta la capital Madrid, Durán recorrió la distancia que separa los dos puntos en un coche descapotable y la gente se agolpaba en las aceras para ver pasar al campeón. En las largas y muchas conversaciones que hemos mantenido, Durán siempre recuerda este hecho como uno de los más destacados de su trayectoria deportiva.

Por desgracia el título le es arrebatado en la primera defensa, cinco meses después de conquistarlo lo expone en el Palacio de los Deportes de Madrid ante el aspirante oficial el argentino Miguel Ángel Castellini. Durán siempre ha mantenido que no mereció perder esta pelea, pero he de decir que el que escribe esta biografía ha visionado el video de la pelea y cree que el triunfo de Castellini fue injusto, como mucho un combate nulo y nuestro campeón mereció retener el título esa noche.

Después de perder el título permanece un año sin combatir con la intención de retirarse, pero al año disputa en Palma de Mallorca una pelea contra Kossongo Mukandjo al que vence en seis asaltos y de forma sorpresiva, el campeón del mundo italiano Rocco Mattioli, le concede una oportunidad por el título. El 14 de mayo de 1978, disputaría la última pelea de su carrera profesional al perder por KOT en cinco asaltos en disputa del mundial.

Al regreso de Italia habla con su mujer Luisa y los dos decidieron que ya había llego el momento de la retirada, después de quince años de recorrer los ring del mundo.

Me complace escribir de Durán que fue hormiga para luego ser cigarra, ganó dinero con el boxeo y supo invertirlo y disfrutarlo en su vejez después de su retirada en el Ministerio de Defensa donde trabajó después de dejar el boxeo. En la actualidad vive alejado del mundo del boxeo después de permanecer una temporada entrenado a jóvenes promesas en el gimnasio del Rayo Vallecano. Entre otros, entrenó a Poli Diaz, hasta llevarlo al campeonato de España amateur, luego el vallecano siguió otro camino.

De vez en cuando paso temporadas en Madrid, cuando voy nos juntamos en un viejo bar del barrio de La Elipa, a las reuniones acuden viejos boxeadores de la época de Pepe, como Nino Jiménez, Mariano García, Cendón, Tinín Rodríguez etc… Se pueden imaginar los buenos momentos y los recuerdos que se producen en esas comidas.