Daniel Pi
@BastionBoxeo

La cara de satisfacción del promotor Bob Arum estuvo más que justificada cuando se impuso en la subasta para este campeonato mundial WBO del peso superligero y garantizó que su púgil, el aspirante Álex Saucedo (28-1, 18 KO), pelearía como local en un evento organizado por él.

Con todo, quien terminó exultante de alegría finalmente fue el derrotado en la guerra de pujas, Eddie Hearn, que celebró junto a su púgil Maurice Hooker (25-0-3, 16 KO), esta pasada madrugada en el ring del Chesapeake Energy Arena de Oklakhoma City (Estados Unidos), la defensa exitosa de su cetro por vía de un KOT en el séptimo round. De todos modos, pese a la positiva conclusión para los intereses de Matchroom Boxing, no fue nada fácil para Hooker.

Sin duda, el titular salió dispuesto a tratar de imponer sus largos brazos en forma de golpes rectos, pero la contundencia del aspirante era claramente superior, siendo más tensos sus jabs, precisas su derechas y peligrosos sus ganchos. El encuentro rápidamente se empezó a decantar del lado del aspirante, que en el segundo round conectó un croché diestro en respuesta a una derecha de un ya ensangrentado Hooker, que cayó a la lona.

No obstante, la respuesta de éste resultó inmediata, tanto en forma de una contraofensiva momentánea para tratar de compensar el knockdown, como de forma sostenida en los siguientes rounds usando sus series desde una distancia más larga y evitando lanzarlas estático. Aun así, alcanzado el quinto asalto, el monarca debía confiar en su buena defensa para, encerrado en las cuerdas, intentar aguantar los ganchos en corta de un Saucedo que le hostigaba.

Sabiendo que necesitaba reaccionar si no quería que el retador le menoscabase de forma crítica, Hooker volvió a recurrir a frecuentes rectos para evitar ceder terreno, logrando aprovechar las enormes carencias defensivas y una cierta falta de energías de Saucedo para alcanzarlo con varias potentes derechas, una de las cuales, en el séptimo asalto, le hizo perder el equilibrio y le arrojó sobre las cuerdas. Tras el conteo del árbitro (ya que sólo el ensogado había evitado que tocase la lona) Saucedo intentó resistir pero, con su guardia todavía más permeable por el desgaste, Hooker sólo tuvo que rematar la pelea con combinaciones de ganchos zurdos y derechas que forzaron la detención por parte del tercer hombre.

Con ello, el plan ideado por Top Rank en el que un coronado Saucedo se enfrentaría a José Carlos Ramírez, campeón WBC del superligero, se vio truncado, aunque quizás no el choque entre monarcas. Realmente, con Hooker y Ramírez (que tuvo un careo con él al final del combate) no participando en el torneo World Boxing Super Series, la mejor opción para ambos es la unificación, cosa que los equipos de los dos saben perfectamente, si bien son conscientes también de que, estando uno con DAZN y el otro con ESPN, la pelea tiene serios escollos de cara a su materialización.

En cualquier caso, sus polémicos empates del pasado han sido ya enterrados, al igual que sus malas actuaciones de entonces, y Hooker, habiendo mostrado su valía con una meritoria remontada contra un invicto y ante la abultada audiencia que siempre posee en abierto ESPN, ya no será en adelante visto como un simple campeón circunstancial sin mucho que ofrecer en la mesa de negociaciones, sino como uno más de los objetivos a batir de una división que ha ganando mucho interés.

Vale la pena mencionar que, en el semifondo, el noqueador lituano Egidijus Kavaliauskas (21-0, 17 KO) resolvió en sólo tres rounds su dura prueba ante el nicaragüense Roberto Arriaza (17-1, 13 KO), combate que era además una eliminatoria WBO del peso wélter, por lo que se convierte en aspirante oficial del campeón Terence Crawford para 2019.