Darío Pérez
@ringsider2020

El venezolano Hermin Isava es un púgil de los llamados jornaleros, que con 44 años continúa subiendo al ring, y desde 2009 ha perdido sus últimos cuarenta combates disputados, excepto uno.

Queremos dar voz también a estos boxeadores y conocer más a este modesto púgil, un representante de tantos púgiles similares, su amor por el boxeo y si merece la pena continuar sobre un cuadrilátero.

Por ello, damos inicio a la conversación preguntando a Hermín Isava por sus comienzos en el boxeo dentro de su Venezuela natal: «Jugaba al fútbol sala, pero un día pasé por un gimnasio de boxeo yendo al colegio. Lo vi, probé y me di cuenta de que eso era lo que me gustaba. Gané mi primera pelea amateur, seguí avanzando, viajaba… Yo quería ayudar a mi familia a salir de la casi pobreza. Ya cumplí 19 años y decidí hacerme profesional, un mundo en el que empecé ganando por KO a Melvin Belisario, de la selección nacional, y mis dos siguientes peleas también. Y avanzando en mi carrera, una de mis mejores victorias fue ante Luis Guzmán, un rival muy difícil y muy técnico. El problema es que subirte la mano o no después de un combate depende muchas veces de si estás firmado o no por una empresa importante. Así, por ejemplo recuerdo al ‘Fino’ López, otro rival excelente ante el que perdí a los puntos por lo que te digo… porque ninguna promotora me protegía, pero yo me vi ganador de esa pelea. A Félix Machado, excampeón mundial, no le habría ganado sin noquearlo, y hubo oportunidades que no me dieron, como frente a Alexander «El Explosivo» Muñoz, por no tener una buena compañía detrás. A causa de todo esto, muchas veces me he decepcionado del boxeo y he tenido parones en mi carrera, lo he dejado temporalmente: es muy duro salir derrotado cuando realmente has ganado, como en Italia contra Alberto Servidei o aquí en España contra Andoni Gago cuando me robaron descaradamente, por ejemplo».

«No me esperaba a estas alturas seguir viviendo del boxeo, tras haberme retirado»

Sigue reflexionando el venezolano sobre su trayectoria: «El boxeo dura un tiempo, y hay que aprovecharlo al máximo. Por eso, estudié, hice cursos y busqué alternativas. Lo que no me esperaba es que, a estas alturas, me encontrase en Valencia, en España, viviendo del boxeo tras haber estado retirado y ejerciendo otros trabajos. Llevo ya tres años aquí, he tenido que retomar este deporte para poder sobrevivir. Y sin patrocinio ni apoyo de empresas promotoras, voy directo al matadero: he peleado contra campeones continentales, he ganado peleas que me dieron perdedor, estoy en otros pesos muy diferentes al mío… Porque el boxeo se convierte en negocio, peleo por el dinero».

Le preguntamos casi de modo retórico a Isava si la definición, nunca peyorativa, de «jornalero» es la que se ajusta a este relato que nos está ofreciendo. «Así de lastimoso es el mundo del boxeo. Hay acuerdos incluso a veces donde le dicen al boxeador ‘en tal round, quiero que abandones, y yo te voy a dar algo más’. A mí me han ofrecido este tipo de acuerdos, sí. O bien tú mismo te mentalizas de que no tiene sentido llegar al final de los asaltos pactados si eso va a suponer salir lastimado, ya que es imposible que te den la pelea ganada».

«EN ESPAÑA SE PROTEGE DEMASIADO A LOS BOXEADORES»

Recuerda que ante Petrov vio que era muy inferior.
«Fue lo que me ocurrió con Petr Petrov, porque tampoco peleaba en mi peso, yo soy supermosca, apurando mucho podría llegar bien al pluma; por encima de ahí, me puedo lastimar, son rivales mucho más fuertes que yo y noto la pegada demasiado. Por este motivo, muchas veces este tipo de boxeadores criados en España tienen problemas cuando salen contra grandes adversarios de nivel mundial, porque aquí se les ha protegido demasiado».

Llegamos al presente tras repasar su carrera, y le pedimos a Isava que nos cuente un poco cómo se sintió en su última cita, hace tan solo diez días y avisado a última hora, contra Jon Fernández, un boxeador de los mejores a los que se ha enfrentado.
Explica que «fue una tremenda pelea, porque esta vez yo no estaba muy preparado y fue una categoría en la que yo no estoy acostumbrado a pelear. Fernández estaría esa noche al final en peso medio, y le sentí las manos, pero creo que él también sintió las mías en ese momento. Pero también me habían dicho que me quedara en cualquier round. Y yo, para no salir lastimado, te voy a hablar con la verdad, sinceridad y honestidad, podía haber durado los ocho rounds, porque tengo el nivel y la experiencia. Ya en el segundo me empezaron a hacer señas, y salí muy fuerte a pelear en el tercero, y quizás no me pegó un golpe de fortaleza para tirarme, pero ¿por qué sacrificarme a pelear ocho rounds y salir golpeado o lastimado? Al final le iban a levantar la mano a él, como siempre, es preferible abandonar».

Con todos estos condicionantes de la edad, las derrotas y lo injusto a veces del boxeo, es inevitable acabar preguntando al venezolano por qué continúa en este deporte y si no le compensaría más iniciar una nueva vida con menos riesgos para la salud: «Este es un deporte muy duro, pero es una de las maneras que tiene uno como emigrante, algo difícil, para sobrevivir en Europa. Pero además es para mantenerme saludable y, deportivamente, por la esperanza de sorprender a algún peleador, me siento fuerte aún a mi edad. Sé que me pueden hacer daño, porque los golpes no son caramelos, pero yo me noto bien y creo que estoy bien física y mentalmente. Además, se nos hacen exámenes cada seis meses para comprobar si estamos en óptimas condiciones. Sin embargo… quizás es cierto que vaya llegando la hora de colgar los guantes, ¿para qué seguir cuando ya has hecho todo lo que tienes que hacer?»

La entrevista completa podrá verse hoy jueves por la noche a partir de las 22:30 h, aproximadamente, en este enlace.