Daniel Pi
@BastionBoxeo
Uno de los elementos mágicos del boxeo es que en una sola noche la carrera de un boxeador puede cambiar drásticamente. Esto es lo que sucedió el sábado en el Stadthalle de Magdeburgo (Alemania), puesto que el olímpico alemán Stefan Haertel (18-1, 2 KO), cuya trayectoria profesional había avanzando a trompicones y que hace un año había sufrido su primera derrota, logró proclamarse campeón de Europa del peso supermedio derrotando al titular germano-kosovar Robin Krasniqi (49-5, 17 KO), ofreciendo el aspirante, pese a los apuros finales, la pelea de su vida precisamente ante el mejor adversario que ha tenido delante.
El triunfo unánime de Haertel llegó con puntuaciones de 117-112, 116-112 y 115-113, de las cuales las dos primeras son perfectamente aceptables y la última un tanto generosa con Krasniqi.
Lejos de volver a cometer los errores del pasado, Haertel no se mostró excesivamente comedido al inicio, sino que combatió con cierta agresividad, tomando la iniciativa y llegando con tremenda nitidez con su uno-dos y su dos-uno. Lógicamente, siendo un boxeador caracterizado por la buena técnica y la calma, Haertel no se convirtió de la noche a la mañana en un hostigador de élite pero, aunque siguió midiendo sus acciones y escogiendo sus puños, no renunció a la posibilidad de cruzar golpes en la media-corta y a castigar con dureza con su gancho de mano adelantada cuando Krasniqi retrocedió a las cuerdas.
Contando con una ventaja en poder, Krasniqi sacó en cada round peligrosas derechas y uppercuts, pero los buenos bloqueos del aspirante contuvieron su éxito y los contragolpes de Haertel empeoraron el sangrado de un corte padecido en torno al ojo derecho por el titular. Dado que se le estaban poniendo las cosas cuesta arriba, antes del ecuador Krasniqi trató de reaccionar a base de presión y golpes de poder, teniendo algunos buenos minutos con sus puños ascendentes y su derecha recta o en croché. Pero muy pronto Haertel contestó a este avance con clarísimos uno-dos-hook y rectos diestros a la contra que eran un trabajo superior a las cuantiosas manos que tiraba contra su guardia el monarca.
De forma salteada, Krasniqi tuvo mejores resultados, pero no fue hasta al noveno episodio cuando verdaderamente alcanzó un momento evidentemente positivo para sus intereses, obligando a su cansado adversario a caminar o a cerrarse en las cuerdas ante sus agresivos ataques con hooks. No obstante, a diferencia de otras ocasiones, Haertel no se amedrentó y sacó buenos curvos en los cruces de golpes en corta y anotó aisladas contras de mucha precisión para mantenerse en la pugna, contener el afán ofensivo de su rival y evitar ceder valiosos asaltos durante el tramo final.
Ahora habrá que esperar a ver si Jurgen Braehmer, aspirante oficial, está dispuesto a afrontar la pugna ante Haertel o por el contrario prefiere seguir otro camino. En el caso de que el veterano Braehmer optase por seguir una senda diferente a la continental, habría que estar muy atentos al campeonato de la Unión Europea del peso supermedio entre Tyrone Zeuge y el canario Adán Silvera, dado que el ganador perfectamente podría recibir pronto la oportunidad por el máximo cetro de Europa.