Manuel Valero
@Manu_Valero
En pleno año olímpico, el presidente de la AIBA Wu Ching-kuo ha expresado su intención de abrir las puertas al torneo olímpico de boxeo a los púgiles profesionales, apoyado por el COI y varias federaciones territoriales. Para ello está dispuesto a modificar por completo las reglas actuales, incluso antes de los próximos Juegos de Río de Janeiro, según declaró en Manchester.
La AIBA ya ha intentado hacer su incursión en el boxeo profesional con competiciones como las World Series y otros formatos como la APB, además de eliminar los cascos protectores. Sólo boxeadores amateur pueden participar actualmente en el prestigioso torneo olímpico, en el que se coronaron previamente leyendas como Muhammad Ali, Sugar Ray Leonard, Óscar De la Hoya o Andre Ward (en la foto), antes de comenzar sus exitosas carreras en el terreno rentado. Desde 2013, si un boxeador profesional con menos de quince combates decide volver al terreno amateur puede hacerlo siempre que tenga menos de 40 años.
Las reacciones no se han hecho esperar, criticando duramente las intenciones de la AIBA los organismos profesionales (WBA, WBC, IBF y WBO), además de algunos ilustres promotores como Eddie Hearn. El que sí expresó en 2012 su intención de buscar un segundo oro olímpico fue el ucraniano Wladimir Klitschko, vencedor en 1996 en el peso superpesado.
¿Estarían dispuesto estrellas como Mayweather a disputar varios combates a tres asaltos en dos semanas arriesgando su condición de invicto? ¿Preferiría conseguir el oro olímpico que no pudo lograr en Atlanta antes que las grandes bolsas económicas que le ofertan los promotores profesionales?
Otra de las grandes preguntas sería el método de clasificación para las sesenta plazas olímpicas actuales ¿selección o torneos clasificatorios? ¿Se darían demasiados combates desiguales en las primeras rondas? Lo cierto es que en los Juegos Olímpico se han profesionalizado en las últimas décadas, como pasó en el torneo de baloncesto, debutando todas las estrellas de la NBA con el famoso “Dream Team” en 1992. Por el contrario está el caso del fútbol olímpico, donde no juegan todas las grandes estrellas del balompié.
