Daniel Pi
@BastionBoxeo

Ante la atenta mirada de Chris Eubank Jr. y de su padre, que asistieron al Wembley Arena de Londres (Reino Unido) para ver combatir a su próximo rival, el campeón mundial WBA del peso supermedio George Groves (27-3, 20 KO) (a la izquierda en la foto) retuvo por primera vez su corona al imponerse, con un estupendo nocaut en el cuarto asalto, al retador Jamie Cox (24-1, 13 KO), que pese a su arrojo no pudo evitar que un gancho al hígado rompiese su resistencia y le diese a su adversario el pase a las semifinales de las World Boxing Super Series.

Inicialmente, Groves evitó ágilmente el jab de su compatriota y contragolpeó con directos y ganchos de ambas manos, aunque este calmado control duró muy poco, ya que pronto, con algunos directos y hooks en corta, Cox puso de manifiesto cuál era su agresivo plan de batalla. Alcanzado el segundo asalto, el aspirante intensificó sus ofensivas y presionó intensamente al monarca hasta encerrarlo en las cuerdas y lanzar contra él peligrosas andanadas de golpes curvos. A pesar de que el boxeo en corta de Groves no es el más efectivo y recibió varios golpes, éste no se amedrentó y, entre esquivas, buscó los contragolpes hasta que con su directo y su cruzado zurdo se hizo espacio y llegó a desestabilizar a su contrincante.

Tras este intenso round se llegó a un tercer episodio de transición en el que ni Groves pudo imponer sus rectos en larga ni Cox pudo abrirse camino hacia el intercambio de golpes, si bien el campeón hizo valer su astucia para anotar precisos curvos. Esto fue un anticipo de lo que estaba por venir, dado que en el cuarto asalto, en una acción seguramente ensayada y nada casual, Groves respondió al mejor puño del zurdo Cox, el croché de mano adelantada, con un hook diestro de trayectoria diagonal hacia la parte derecha del torso de su oponente, que cayó de rodillas a la lona incapaz de responder a la cuenta del árbitro, que decretó por ello el final.

No fue precisamente júbilo lo que expresaban los rostros de los Eubank, que parecieron insatisfechos por ese desenlace, todo lo contrario de lo que reflejaba el entrenador de Groves, Shane McGuigan, que tras una mala racha y duras críticas encontraba un gran respiro y un espaldarazo a su trabajo. Y es que el objetivo, pasar a las semifinales con un contundente triunfo, se culminó a la perfección, además contra una versión de Cox mucho menos dubitativa y más tenaz que obligó a Groves a estar alerta pero que no bastó para neutralizarlo.

Así, Chris Eubank Jr. puede dar por sentado un formidable reto a inicios del próximo año, cuando se enfrentará a “Saint George” en algún importante estadio. Ciertamente, la potencia y la frecuencia de Eubank son formidables y en el boxeo sin espacios siempre tendrá clara ventaja, aun así, Groves está, sin duda, en el mejor momento de su carrera y ha conseguido sentenciar de forma consecutiva dos encuentros ante agresivos peleadores, mostrando una inteligencia de ring verdaderamente notable, por lo que el boxeo británico podrá esperar con el Groves-Eubank un sensacional comienzo de la temporada 2018.