
@ringsider2020
Si tú me dices Benn, lo dejo todo, como diría la canción. Esta tarde de sábado en el Tottenham Hotspur Stadium de Londres, hemos asistido a la esperada revancha, dentro del peso medio, entre los británicos Chris Eubank Jr. y Conor Benn. Ambos hijos de leyendas cruzaban cuero meses después de su primer envite, vencido a los puntos por el primero de ellos, dentro de una cartelera a cargo de Boxxer, Matchroom, The Ring y Riyadh Season.
Eubank (35-4, 25 KO) y Benn (24-1, 14 KO) reeditaban así los episodios vividos por sus progenitores en la añorada década de los 90. Recordando para dar contexto que en su primer enfrentamiento Eubank Jr. se impuso por decisión unánime con triple 116-112 en las cartulinas, hemos de señalar que esta revancha fue menos vistosa de la primera. En lo que repartimos méritos, que los hubo, y deméritos, quizá todavía en mayor grado, siempre hay que alabar a la afición del Reino Unido que hizo que el ambiente fuera espectacular, con presencias como las de Thierry Henry o Rod Stewart y ausencias tan llamativas como Frank Warren, aun teniendo boxeadores en la función. Sobre el envite, esta vez no hubo mucha historia porque Conor Benn cogió el centro del ring y la iniciativa con un planteamiento atrevido y agresivo. Por su parte, Chris Eubank Jr. cogió… la bolsa. Muy generosa, por cierto, aproximadamente de diez millones de euros por barba (aunque esta sea trasplantada, como la del cuasimallorquín).
Fue bastante plano y lineal el cruce, sin esos intercambios con sentido trágico como lo vivido en primavera, siempre con el futuro ganador por delante y Eubank sin gran capacidad de respuesta, dando la sensación de que cada capítulo era una ocasión perdida de hacer algo más por contrarrestar a Benn. Casi pudo incluso finalizar la contienda antes de la campana final, con los dos derribos del último round: el primero, por acumulación de castigo con un jab y un golpe lateral que apenas impactó; el segundo, finalizado por un flagrante golpe de conejo que, una vez más, el réferi británico de turno ignoró. Sea como fuere, las puntuaciones de 119-107, 118-108 y 116-112 (generosa con el perdedor) para Benn parecen inapelables. El numerito de Eddie Hearn al final, patético cual telefilm dominical de Antena 3, no podía faltar para poner la guinda a la tarta. Aquí nos mojamos, no es agradable para quien redacta estas líneas que alguien positivo por dopaje resulte ganador de peleas con trascendencia mundial, pero, si obviamos ese «ligero» detalle, Eubank se hizo merecedor de la derrota por lo poco ofrecido sobre el tapiz. Para Benn, sin embargo, se abren las puertas mundialistas de par en par mirando ya a 2026. Y la trilogía, camarada Turki, nos la guardaremos en un cajón, cerradito y con la llave lanzada a la costa mallorquina en homenaje al hoy ganador.
En la parte anterior del evento, vimos combates bastante entretenidos. Jack Catterall (32-2, 14 KO) derrotó a Ekow Essuman (22-2, 8 KO) en peso wélter, eliminatoria mundial WBO. Dos veteranos buscando su último intento mundialista, con un Catterall más agresivo que de costumbre tras su cambio de entrenador que fue superior al motor de Essuman desde el inicio. A punto estuvo el duelo de acabar en el cuarto asalto, pero el corazón del veterano púgil le hizo aguantar, incluido un feísimo corte en la nariz, hasta el undécimo round, donde fue víctima de la acumulación de golpes. El Gato le sacó del ring a guantazos, pero afortunadamente, aunque tras un momento de tensión, Essuman recuperó la integridad física pese a la derrota.
Justo antes, Adam Azim (14-0, 11 KO) dio una buena imagen ante Kurt Scoby (18-2, 16 KO) en el peso superligero, noqueando al americano en el último round. Buen trabajo del británico, que fue demoliendo al más que musculoso y resistente Scoby; este cayó finalmente de maduro en el último parcial, poniendo rodilla en tierra y juzgando Howard Foster, al borde del reglamento, que no podría resistir el último de los treinta y seis minutos.
Si nos remontamos a los primeros compases de la gala, Richard Riakporhe (19-1, 15 KO) arrasó en dos rounds a Tommy Welch (16-1, 9 KO), demostrando que está preparado para dar un paso adelante en el peso pesado y buscar peleas con rivales importantes de la división. Además, tenemos nuevo campeón británico y Commonwealth del peso superwélter. En un combate más intenso que brillante, Ishmael Davis (15-3, 6 KO) superó a Sam Gilley (18-2-1, 9 KO) de manera ajustada, con cartulinas de 115-114 (John Latham, con el irritante 10-10 de rigor) y doble 115-113. Mención especial para el nefasto réferi Marcus McDonnell, el de Guarrinton y sus cabezazos a Kiko, que se tragó un derribo de Davis en el último round clarísimo y permitió a Gilley golpes bajos en la primera mitad del duelo y agarres continuos en la segunda sin restarle un punto.






