Darío Pérez
@Ringsider2020

Matchroom Boxing inició su gran diciembre con la velada protagonizada por Billy Joe Saunders (29-0.14 KO) y Martin Murray (29-5-1, 17 KO), en un campeonato mundial por el cinturón WBO supermedio que mantuvo el primero. Saunders fue superior, muy superior, postulándose para las grandes peleas de 2021 en los pesos medio y supermedio donde tantos deportistas taquilleros hay.

Fue un combate donde los dos contendientes buscaron llegar al rival sin dejarse nada, con agarres mutuos incluso con más frecuencia del campeón, y puntuaciones de los jueces con ciertas complicaciones. Saunders fue ganando asaltos un poquito al ralentí, sin fallar golpes que permitieran a Murray llegarle con dureza, pero constante para no arriesgar el fajín que le caracterizaba como campeón del mundo. A raíz de que se consumía la pelea, la diferencia entre ambos se acentuaba, pero los treinta y seis minutos finalizaron y los oficiales dictaminaron victoria para el campeón, Billy Joe Saunders, por decisión unánime y 120-109, 120-109 y 118-110. Ojalá Saunders pueda medirse a uno de los mejores de la división en 2021.

En la pelea de semifondo, James Tennyson (28-3, 24 KO) peleaba contra Josh O’Reilly (16-1, 6 KO) como eliminatoria WBA ligero. El pleito empezó calentito, Tennyson tiró a O’Reilly en el primer asalto dos veces tras golpes muy contundentes, hasta que el árbitro paró las hostilidades. Gran impresión de Tennyson de cara al futuro, en una categoría de peso muy difícil para reinar.

En los combates previos, donde tuvimos la triste noticia de que César Núñez no podía pelear ante Zach Parker por un positivo de su cutman, tuvimos buenas peleas para abrir boca. El supermedio británico Lerrone Richards (14-0, 3 KO) venció al veterano finlandés Timo Laine (28-15, 12 KO) en un combate muy desnivelado, en el que la mayor estrella fue el bañador del local, a rayas amarillo y negro cual abejorro. Desnivelado por nivel y por actitud, ya que Laine parecía tener el único objetivo de sobrevivir para seguir obteniendo bolsas en base a hacer trabajar a púgiles ascendentes. Acabaron los ocho asaltos, triunfo moral para Timo Laine por no ser noqueado y triunfo real para Lerrone Richards por 80-72 en la puntuación arbitral.

Donte Dixon (5-0, 3 KO) y Angelo Dragone (5-2, 0 KO) se vieron las caras a continuación en el peso pluma; un combate intenso, disputado, pleno de coraje por parte de ambos púgiles. Dragone era más rudimentario, pero no se dejaba amedrentar por el empuje de Dixon, por lo que ambos púgiles nos dieron un combate vistoso. Se consumieron los seis asaltos, con un árbitro quizá demasiado permisivo para los golpes que se llevó Dragone. Acabó la contienda con una victoria de Donte Dixon con veredicto de 58-56, demasiado ajustado para lo visto en el cuadrilátero, manteniéndose imbatido Dixon y con buenas opciones de futuro.

El combate femenino de la noche nos mostró a la británica Shannon Courtenay (6-1, 3 KO) y la polaca Dorota Norek (6-2, 1 KO). Norek empezó atacando por las buenas y las menos buenas, avasallando de todas las maneras a una Courtenay que sacaba las contras como buenamente podía ante la pasividad del árbitro. Poco a poco, la británica se iba imponiendo con su mayor velocidad y técnica, avanzando en el daño a la de Poznan hasta lanzarla a la lona en el séptimo asalto con un golpe a la mandíbula. El árbitro paró el combate al no ver reacción de la púgil de Europa del Este, con buen criterio.