Manuel Valero
@Manu_Valero

Por primera vez en casi nueve años, el kazajo Gennady Golovkin tuvo que esperar este sábado a conocer el veredicto de los jueces para anotarse una victoria. Igual de temidos que las puntuaciones son otros números dentro de la industria del boxeo: las ventas de PPV. Según revela Lance Pugmire, de Los Ángeles Times, la pelea que disputó «GGG» ante Daniel Jacobs registró entre 130.000 y 150.000 espectadores, que pagaron cerca de sesenta euros para seguir la retransmisión de la velada que realizó HBO. Estas cifras son similares a las que tuvo el combate que disputó en octubre de 2015, también en el Madison Square Garden, con el canadiense David Lemieux, a pesar de la mayor promoción que ha tenido Golovkin en estos últimos meses.

Ni con sus veintitrés triunfos antes del límite de manera consecutiva, el púgil kazajo ha conseguido calar en el difícil mercado estadounidense, quedándose lejos de las ventas de PPV que cosecha Saúl «Canelo» Álvarez. El mexicano rozó los 300.000 televidentes en su última pelea, ante el inglés Liam Smith, uno de sus peores registros, comparado con las más 900.000 compras que tuvo su enfrentamiento con el puertorriqueño Miguel Cotto. Precisamente en esta comparativa se escuda Óscar De la Hoya, promotor de Álvarez, para ser ellos quienes dicten las condiciones bajo las que «GGG» pelearía con el mexicano, que se llevaría la mayor parte del reparto económico. «Golden Boy» también ha recalcado que Golovkin, de 35 años, no tuvo su mejor noche, asegurando que «Canelo» le vencería, ya que no le boxearía con «tanto respeto» como lo hizo Jacobs. Aunque las negociaciones entre el equipo de Golovkin y el de Álvarez continúan alargándose, la última actuación del campeón mundial del peso medio ha alejado más la pelea entre ambos, hecho llamativo, ya que el azteca pudo ver, como el resto del mundo, que el kazajo no es intratable y que un boxeador de su talla bien podría derrotarlo aplicando la estrategia adecuada.