Daniel Pi
@BastionBoxeo

El año 2017 va a ser, pugilísticamente hablando, un año para recordar por su gran cantidad de excelentes enfrentamientos. Duelos como Joshua-Klistchko, Brook-Spence, Thurman-García, DeGale-Jack, los dos cruces Chocolatito-Wangek y un largo etcétera han sido parte de esta temporada repleta de magníficas peleas entre los mejores boxeadores de diversas divisiones. Con todo, y aunque parece que el año todavía podría dejarnos algunas maravillosas peleas más antes de terminar, este sábado se producirá el que para muchos será el combate del año.

Y es que en el T-Mobile Arena de Las Vegas (Estados Unidos) el campeón unificado WBC, WBA e IBF del peso medio Gennady Golovkin (37-0, 33 KO) se enfrentará al excampeón en dos categorías Saúl “Canelo” Álvarez (49-1-1, 34 KO) o, dicho de otro modos, los dos mejores peso medio de la actualidad y dos top de todos los pesos se medirán en una pelea determinante para la carrera de ambos, decisiva para establecer a la nueva figura central del deporte de las dieciséis cuerdas y que representa un hito en la historia de la división.

“Sin duda, nuestro combate del sábado será una de las grandes peleas de la historia del boxeo”, afirmó Álvarez respecto a la trascendencia y la importancia de este enfrentamiento, valoración en la que ha coincidido con su oponente Golovkin, que señaló: “Quiero ganar esta pelea porque para mí será un combate histórico, como Leonard contra Hagler. Recuerdo a muchos grandes campeones como Carlos Monzón, Sugar Ray Leonard, Marvin Hagler o Bernard Hopkins, pero ahora pienso en nuevas historias, nuevos tiempos para nosotros”.

De todos modos, aunque este enfrentamiento es visto como uno de los mejores posibles en el boxeo actual por las cualidades y la destreza de ambos, dos púgiles potentes, hábiles, con un gran porcentaje de nocauts y que generan encuentros espectaculares, no se puede pasar por alto que los dos llevarán sobre sus espaldas una importante carga de reproches que disipar y expectativas que cumplir, si bien quizás esto sólo haga que agrandar el interés por el choque.

Son muchos los que no comprenden, más allá de su increíble capacidad para movilizar a los mexicanos, porqué Canelo es tan sumamente bien valorado por los analistas, dado que en sus mayores peleas siempre ha dejado que desear, siendo derrotado por Floyd Mayweather y habiendo logrado victorias con controversia ante Erislandy Lara, Austin Trout y Miguel Cotto. Todo ello sin hacer mención de su criticado reinado en el peso medio con pesos pactados y algunas elecciones de rivales muy cuestionables. Por ello, aunque quizás “GGG” no pase por el mejor momento de su trayectoria, será ahora cuando Álvarez deberá demostrar sin fisuras y ante un rival sobre el que no tendrá ventaja física si verdaderamente merece el crédito que se le da.

Tampoco se libra Golovkin de recibir acusaciones, puesto que, aunque no ha rehuido oponentes, más bien al contrario, son cuantiosos los que restan importancia a los méritos de su recorrido como boxeador profesional, afirmando estos que, a pesar de sus temibles nocauts, no se ha medido a nadie del máximo relieve en treinta y siete subidas a un ring. Por otro lado, al igual que le pasó a Canelo con Amir Khan, su enfrentamiento ante el peso wélter Kell Brook no contribuyó a mejorar su valoración, que recibió un golpe definitivo con su ajustada victoria ante el formidable Daniel Jacobs.

Este último combate está siendo el factor determinante a la hora de realizar previsiones respecto al encuentro entre Golovkin y Canelo y el que ha motivado que la diferencia en las casas de apuestas (todavía favorable al kazajo por estrecho margen) se acortase significativamente, decantando, por otro lado, a favor del mexicano a la mayoría de expertos, entrenadores y púgiles consultados por los medios.

Y es que, después de haberse granjeado una fama de imbatible pasando por encima de cuantos boxeadores se le habían puesto delante a base de una brutal pegada, un excelente corte de ring, una presión insoportable y una capacidad de generar desgaste impresionante, ante “Miracle Man” Jacobs no se repitió ni mucho menos el esquema precedente, siendo repetidas veces alcanzado a la contra por un boxeador que se mostró muy elusivo y al que a duras penas pudo derrotar.

Los motivos que se han buscado para esta actuación menos brillante del triple monarca unificado han sido de lo más variados y han considerado desde problemas personales, falta de motivación o dificultades para dar el peso hasta un declive o un exceso de confianza, llegándose a afirmar que Golovkin podría haber evitado lucirse a propósito para poder convencer a Canelo de que aceptase pelear contra él, algo vehementemente negado por el entrenador del campeón, Abel Sánchez.

Sea cual sea la razón, de ningún modo Canelo Álvarez es un boxeador de las mismas características que Jacobs, un púgil que sobre todo contó con una ventaja clave en alcance que el mexicano no tiene. Por otro lado, si la cuestión es simplemente comparativa, Golovkin derrotó en ocho asaltos a un sensacional noqueador como Lemieux mientras Álvarez padeció ciertas dificultades ante un Miguel Cotto cerca del retiro, con menos estatura y que tenía una enorme desventaja en peso sobre el ring. También, Golovkin se deshizo de un monarca wélter de excelente nivel como Kell Brook en cinco asaltos a la vez que Álvarez tardaba seis en batir a un exmonarca wélter con mucha inactividad y con escaso encaje como Amir Khan. Finalmente, sería absurdo reprochar a Golovkin ganar por la mínima y con un knockdown a Jacobs a la vez que se alaba desmedidamente a Canelo por derrotar a los puntos a un Julio César Chávez Jr. que ofreció nula resistencia.

Así, aunque Golovkin haya mostrado signos negativos, Canelo no ha brillado esplendorosamente en peleas con evidente ventaja en peso, de forma que, dejando de lado la preocupación por la tendencia de los jueces a sobrevalorar las actuaciones de Álvarez y centrándonos sólo en lo deportivo, el encuentro parece muy nivelado y abierto y se pueden encontrar argumentos infinitos para rebatir la posición de favorito de uno o de otro.

Ciertamente, la superioridad de uno de estos púgiles sólo se pondrá de manifiesto sobre el ring, siendo del mismo modo una pelea con el potencial de ofrecer escenarios tácticos variados, porque, como ha afirmado Golovkin: “Mi equipo tiene plan A, B, C y D y el equipo de Canelo tiene los suyos”. En principio, se tiende a considerar que Golovkin saldrá muy agresivo y frontal a por su contrincante intentando apabullarlo, mientras Canelo podrá explotar sus recursos a la contra para, usando su directos, sus ganchos al hígado y su uppercut, controlar el combate. De hecho, este planteamiento es el observado por Canelo, que se ha preparado en sesiones de sparring contra un púgil de empuje directo como el peso supermedio Avni Yildirim y que ha afirmado que Golovkin es unidimensional en su boxeo.

De todas maneras, aunque es cierto que una de las mejores tácticas para el mexicano debería residir en permanecer dinámico y llevar la pelea a la distancia media y larga aprovechando su velocidad y evitando los cruces de golpes, hay que tener en cuenta que Canelo no es tan móvil ni ágil como Jacobs y que difícilmente podrá evitar quedar encerrado en las cuerdas, donde sabe desenvolverse pero el riesgo será elevadísimo. Además, Golovkin no es un tosco fajador como Yildirim, sino un oro mundial y plata olímpico como amateur que sabe usar perfectamente el jab y que sabe gestionar las distancias, como demostró ante Lemieux, al que desarboló de esta manera.

En cualquier caso, que Golovkin pueda dominar técnicamente a Canelo mejor de lo que lo hizo Mayweather, como llegó a afirmar el entrenador del kazajo, resulta un escenario más que improbable, tanto como que Álvarez pueda poseer en todo momento la iniciativa y pueda presionar y trabajar hasta destruir a su oponente, como otros señalan.

Cabe mencionar que la sesión de sparring que ambos sostuvieron no debería ser un elemento decisivo, dado que ésta se produjo hace tanto tiempo que la evolución de ambos la dejará casi sin efecto. Del mismo modo, la capacidad para mantener su velocidad en el peso medio tampoco debería ser un problema para Canelo, ya que en su última pelea combatió casi dos kilos por encima del límite de esta división y no mostró dificultades de ese tipo.

En cambio, sí debería ser un elemento clave el uso de la pegada de ambos y el encaje que puedan contraponer a la misma. Canelo ha insistido en que pretende alcanzar un nocaut, mientras que Golovkin y su entrenador han hablado repetidamente también de esta opción, que muchos consideran ineludible para evitar la decisión de los jueces. Por ello, si ambos buscan la victoria antes del límite, quizás sea “GGG” quien parta con ventaja, no sólo por su 89% de nocauts comparado con el 69% de Canelo, sino porque si Álvarez no ha podido quebrar a boxeadores como Cotto y Chávez Jr. tendrá difícil romper la resistencia de un púgil que nunca ha sido derribado y que a diferencia de otros rivales pasados será más alto que él y estará mucho más adaptado a la división.

Sea como sea, los dos consideran que se encuentran ante el oponente más duro de sus trayectorias y que con este combate están siendo participantes en mayúsculas en la historia del boxeo, conociendo también que el perdedor quedará en una posición muy comprometida en cuando a críticas y presión, por lo que, cumpliendo la voluntad de los aficionados después de varios años de espera, no les quedará más remedio que superar sus límites y luchar con el máximo tesón en un enfrentamiento definitorio para ellos y de enorme significación para el pugilismo.