Daniel Pi
@Bastionboxeo

En un combate embarrado y con una segunda mitad un tanto tediosa, el monarca WBO del peso supermedio Gilberto Ramírez (35-0, 24 KO) batió por amplísima decisión unánime a Max Bursak (33-5-1, 15 KO) para realizar la primera defensa de su reinado. Las cartulinas fueron de triple 120-106 y en ellas se observa el descuento de dos puntos a Bursak por reiteración en los agarres.

A pesar de que entró al combate tras un año de inactividad y con ciertas dudas sobre el estado de su mano derecha, en esta ocasión Ramírez arrancó pugnando por el dominio del centro del ring en lugar de buscar controlar las acciones desde la distancia larga. Así, en los primeros episodios hubo cruces de golpes de cierta intensidad, aunque estos se vieron ya lastrados por repetidos agarres. Exceptuando un segundo asalto en el que anotó una dura combinación de ganchos zurdos y directos diestros y otros momentos puntuales del primer tramo en los que enlazó hooks, Bursak se mostró muy poco efectivo, cayendo asalto tras asalto del lado de “Zurdo”.

Y es que éste hizo valer su frecuencia de golpeo y su precisión para anotar directos de izquierda de mucha claridad, incesantes ganchos al cuerpo y largas y veloces series en las que se mezclaban uppercuts, hooks y directos. Por lo que se refiere a su operada mano derecha, respondió a la perfección, moviendo varias veces a su contrincante con jabs y hooks de mano adelantada.

Aunque Bursak mostró cierta tenacidad, su planteamiento táctico no fue nada adecuado, ya que constantemente osciló entre mantenerse infructuosamente más allá del larguísimo alcance del monarca y acortar precipitadamente la distancia, entrando por ello innumerables veces en clinch, sin que los descuentos de puntos sufridos en el quinto y en el décimo asalto surtiesen ningún efecto disuasorio. De este modo, añadiéndose además que en la segunda mitad Bursak disminuyó mucho su ritmo combativo (quizás por el buen trabajo al cuerpo realizado por Ramírez) y por minutos a penas tiró manos, el combate terminó por hacerse monótono y poco emocionante, pudiéndose escuchar abucheos y silbidos del público.

En cualquier caso, Ramírez tuvo el rodaje que necesitaba tras su largo parón y parece perfectamente recuperado y listo para encarar mayores retos. A pesar de que tras el combate mencionó el nombre de Gennady Golovkin, lo más probable es que en su siguiente defensa se pueda medir al número 1 del ranking WBO y compañero de escuadra Jesse Hart, al que también nombró. Eso si no se le ordena enfrentarse en una innecesaria revancha a Arthur Abraham, claro ganador ayer de una eliminatoria final WBO ante Robin Krasniqi.