Daniel Pi
@BastionBoxeo

Aunque ocupará la posición de combate coestelar en la velada que organizará Top Rank este viernes en el Convention Center de Tucson (Estados Unidos), para muchos el campeonato mundial WBO del peso supermedio entre el monarca Gilberto “Zurdo” Ramírez (35-0, 24 KO) y el aspirante obligatorio Jesse Hart (22-0, 18 KO) será la mejor pelea de la velada o, al menos, la que se presenta sobre el papel como la más igualada y de más incierto resultado.

Y es que dos imbatidos boxeadores de elevada estatura para el peso supermedio (miden en torno al 1,90 m), que cuentan con algunas similitudes en su boxeo y que todavía tienen mucho que demostrar se medirán en el que será para ambos el combate más exigente de sus carreras y el que supondrá un punto de inflexión trascendental en ellas.

De todos modos, indudablemente, quien tendrá que dar un paso adelante en su rendimiento y quien deberá luchar por hacer más incuestionable su triunfo será el estadounidense Hart. Valorado por muchos como la mayor promesa norteamericana de la división, su trayectoria ha avanzado rápido desde su debut, acumulando victorias antes del límite hasta dejar su porcentaje de nocauts en un 82%. Pese a ello, todavía no se ha medido ni siquiera a un solo top 15 ni a un púgil de cualidades equivalentes a los pertenecientes a la parte alta de las listas, habiendo sufrido muchísimo para evitar la derrota en su combate ante el fogueadísimo Dashon Johnson, entonces con dieciocho victorias y diecinueve derrotas.

El knockdown y los apuros ante Johnson supusieron situar sobre su proyección un enorme interrogante que deberá disipar ante Ramírez. Hart asegura que contra Johnson simplemente cometió el error inaceptable de subestimar a un oponente y que de ello sólo ha extraído una lección de suma utilidad. Además, motivado por lograr para su padre y entrenador, Eugene “Cyclone” Hart (que llegó a medirse a Marvin Hagler), lo que él no consiguió como boxeador en activo, o sea una corona mundial, Jesse Hart está convencido de que su deseo se materializará en realidad ante Ramírez.

Por otra parte, cuenta de su lado con la convicción de que frente a su temible pegada, en la que destaca un gancho de mano adelantada potentísimo aunque no tan temible como el de su padre, su rival lleva desde 2014 sin conseguir una victoria antes del límite y recibe críticas por la falta de contundencia de su golpeo. Así, Hart, conocido por su tendencia a correr el ring y a boxear en la distancia larga, ha llegado a afirmar que pretende buscar el intercambio de golpes sin preocupaciones por la falta de KO del titular y por los cuestionables méritos de su récord.

Ante estas y otras declaraciones más polémicas de “Hard Work” Hart, Ramírez se mantiene sereno a la vez que señala que no piensa responder a las provocaciones y que sólo se limitará a demostrar sus capacidades sobre el ring. Aun así, no llegará a este combate crucial en el mejor momento de su trayectoria, dado que en su defensa ante Max Bursak, a pesar de ser solventada con mucha amplitud, se dejó notar mucho la inactividad de un año, ofreciendo una actuación que provocó los silbidos del público. Asimismo, dejando de lado a un Arthur Abraham en claro declive, Ramírez no se ha medido tampoco a ningún oponente de la dificultad de Hart, por lo que también para él será el momento de solidificar su carrera, consolidando su reinado definitivamente.

Aunque Ramírez tendrá una innegable desventaja en pegada y en caso de estancarse el choque quedará en una posición comprometida, el monarca mexicano partirá como favorito por su mayor constancia. Contrapuesto al boxeo con golpes aislados del móvil Hart, “Zurdo” tendrá de su lado como mejor arma su elevada frecuencia de golpeo, su ritmo y su capacidad para encadenar puños en largas series, puesto que si, como en sus mejores pugnas, logra ser insistente con su uno-dos-hook y con las combinaciones de ganchos al cuerpo, el aspirante debería tener muy complicado contrarrestar estas ofensivas e impresionar a los jueces.

Quizás Hart, a pesar de no ser impresionante en el boxeo sin espacios, debería buscar sus posibilidades en continuados intercambios, donde podrá intentar mermar a un Ramírez con poca capacidad de resolución. Por otro lado, sin poder contar esta vez ninguno de ellos con la ventaja en altura que suelen tener sobre sus adversarios, puede que, al contrario de lo afirmado por ambos, los dos contendientes se tomen con cautela su aproximación y se jueguen el triunfo en su buen manejo de los golpes directos, donde la capacidad para cortar el ring de Ramírez y la de Hart para eludirlo serían fundamentales. Sea como sea, y si bien sobre el cuadrilátero pueden terminar por decepcionar a algunos por su incapacidad para generar una pelea con entretenidos cruces, las incertezas de este enfrentamiento lo hacen muy interesante y un respaldo de excelente calidad.

Ni Ramírez ni Hart tuvieron problemas en la ceremonia de pesaje para dar el límite del peso supermedio (76,200 kg), dando el primero 76,112 kg y el segundo 76,022 kg.

La victoria de Gilberto Ramírez se paga a 1,20 € por euro apostado, mientras que la de Jesse Hart a 4,50 €.
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