
En Estados Unidos han perdido la paciencia con la que debía ser su gran estrella sobre los cuadriláteros en la actualidad, Gervonta Davis. El de Baltimore, actual campeón mundial WBA del peso ligero, no tiene continuidad para afrontar combates más importantes, acomodado con las bolsas que le paga Premier Boxing Champions sin mirar más allá de su propia promotora. En sus largos períodos lejos del gimnasio, «Tank» encadena problema tras problema.
El boxeador estadounidense está pendiente de que se determine su futuro tras ser detenido por violencia doméstica, por lo que su revancha con Lamont Roach está en suspenso. El ahora analista Tim Bradley se mojó con el presente de Davis: «Tank está acabado. Ya colgó los guantes mentalmente. Está pensando en otra cosa. No quiere saber más del boxeo».
En su brillante carrera como profesional, Timothey Bradley, que fue campeón mundial del peso superligero y del peso wélter, alcanzó su cénit al vencer por puntos en una polémica decisión al filipino Manny Pacquiao en 2012, aunque luego perdería con él también por puntos en dos ocasiones, en 2014 y en 2016, en el que sería su último combate profesional hasta la fecha. El californiano es cinco años más joven que el filipino, pero el que continúa con los guantes puestos es «Pacman», que reapareció con un empate ante Mario Barrios, actual campeón mundial WBC del peso wélter, en disputa de su título, que mantuvo al hacer combate nulo.
Un enfrentamiento entre Manny Pacquiao y Gervonta Davis generaría una recaudación que pocos combates podrían igualar, dada la popularidad de ambos. Para el de Baltimore sería una pelea muy apetecible, ya que Pacquiao no representa en la actualidad el peligro que otros púgiles más jóvenes, como Shakur Stevenson. En esta línea, Tim Bradley cree que Davis priorizará una pelea con Pacquiao antes que una con Stevenson.