Daniel Pi
@BastionBoxeo

Esta era, en teoría, la ocasión perfecta para que Gervonta Davis (19-0, 18 KO) brillase y demostrase cuál es su valía, pero, tras perder el cinturón en la báscula, ofreció ante un voluntarioso Francisco Fonseca (19-1, 13 KO) una actuación mucho peor de lo que se esperaba, cerrada con un nocaut en el octavo asalto que en realidad fue provocado por un golpe manifiestamente ilegal.

Puede que fuese la presión por encontrarse en un evento que tantas miradas había centrado, una inadecuada preparación o un exceso de confianza, pero el caso es que desde el inicio Davis tuvo dificultades apreciables ante un rival, en principio, muy inferior tanto a él como a sus últimos oponentes (Liam Walsh y José Pedraza), a los que dominó.

Su gestión de la distancia resultaba inapropiada, embarrándose la pelea inicialmente con numerosas entradas en clinch, errando un gran número de puños, en especial sus uppercuts, y recibiendo repetidas veces contragolpes con gancho zurdo. Alcanzado el tercer asalto, Davis pareció reaccionar con un buen uso del directo de izquierda y algunos buenos curvos, pero el cuarto round sería quizás el peor para sus intereses. Aunque trató de impresionar con plásticas esquivas, bajó los brazos e hizo innumerables gestos fanfarrones, su control de la situación era inexistente, recibiendo puños totalmente evitables de un Fonseca que puso tesón pero ni un ápice de variedad.

Pareciendo cada vez más el “heredero” de Broner que de Mayweather, en el sexto episodio ofreció una baja frecuencia de golpes superada por el trabajo y el afán de triunfo del costarricense. Finalmente, desvaneciéndose ya la posibilidad de que pudiese lograr la esplendida e intachable victoria que buscaba, Davis se centró en el sexto y el séptimo asalto aprovechando una disminución de la presión de su oponente, al que alcanzó con buenas combinaciones de gancho diestro con directo zurdo, entradas y salidas con el uno-dos y rectos aislados. Así se llegó al definitivo octavo asalto, en el cual, después de impactar un buen directo, lanzó diversos ganchos sucedidos por una clara izquierda a la nuca que tumbó a Fonseca. El tercer hombre, equivocadamente, realizó una cuenta que completaría, otorgando la victoria a Davis, que tanto al celebrar su triunfo como en la entrevista posterior recibió sonoros abucheos que le dejaron enormemente sorprendido.

Lógicamente, Fonseca reclamó una revancha que seguramente no se producirá, mientras que Davis se justificó diciendo que un golpe al torso anterior a la mano ilegal había sido el causante del knockdown y que su adversario sólo había aprovechado este último puño para justificar que no podía continuar. En cualquier caso, cuando las expectativas estaban más altas y más probable era que lograse una victoria que mejorase aun más su valoración, Davis defraudó a sus propios seguidores, pareciendo que el estadounidense deberá trabajar muchos puntos de cara a su próxima subida a un ring a finales de año o a principios del siguiente, quizás ya en el peso ligero.