José Manuel Moreno
@josemorenoco

Danny García (29-0, 17 KO) y Lamont Peterson (33-2-1, 17 KO) son probablemente los dos mejores pesos superligeros del mundo (con permiso de Terence Crawford). Sobre todo el de Filadelfia, aún invicto. Pero están haciendo a la par cosas muy raras en los últimos tiempos. Pelearon en la misma velada, la del pasado 9 de agosto en el Barclays Center de Nueva York, pero en peleas distintas. García, de 27 años, noqueó en dos asaltos a Rod Salka y Peterson, de 31 años, hizo lo propio por KOT en diez asaltos sobre Edgar Santana. Posteriormente los dos boxeadores de Al Haymon decidieron boxear entre sí… pero sin títulos en juego. Hubiera sido casi un combate unificatorio porque García posee los cinturones de la WBA y el WBC y Peterson el de la IBF. El de la WBO se lo jugarán lo próxima semana Terence Crawford y el puertorriqueño Thomas Dulorme. ¿Qué explicación han dado para no poner en riesgo sus títulos? Sencillamente que García quiere subir al peso wélter. Pero, eso sí, no deja vacantes sus coronas como sí recientemente hicieron sus compatriotas Peter Quillin y el propio Crawford. Y el estrambote a esta ridícula situación, permitida por los organismos, es que han decidido pelear en el el «catchweight» de 143 libras, es decir, 64,863 kg. Favorito en el combate del Barclays Center con televisión en abierto de la NBC, Danny «Swift» García por 1,30 a 3,50 euros en las apuestas. Eso sí, si pierde, la «jugada» le puede salir bien cara.