Manuel Valero
@Manu_Valero

El boxeo español tendrá que esperar tres años más para volver a intentar conseguir una medalla olímpica, que se le resiste desde que el ahora director técnico del equipo nacional, Rafael Lozano, se colgase la plata en Sidney 2000. Los cuartos de final se han convertido en una barrera infranqueable para los púgiles españoles en Tokio, finalizando su participación con la eliminación de Gabriel Escobar ante el kazajo Saken Bibossinov en -52 kg.

El combate estuvo condicionado por la actuación del árbitro estadounidense Beau Campbell, que con su letargo rompió el ritmo de las acciones en incontables ocasiones, de lo cual supo sacar mayor provecho el boxeador asiático. Igualmente, la cuenta que recibió Escobar es más que discutible.

En el primer asalto, la mayor experiencia internacional de Bibossinov obligó a Escobar a buscar los puntos débiles de su oponente, encontrándolos desde su mayor frecuencia de golpeo y la guardia zurda. Cuatro jueces se decantaron por el kazajo, mientras que uno concedió el round al español.

Al inicio del segundo, Bibossinov realizó una proyección que enfureció a Escobar. Finalizado el estudio entre ambos, en la corta distancia se mostró superior el boxeador aleccionado por Rafael Lozano y Carlos Peñate, teniendo que lidiar con los continuos clinchs que buscó su rival. El segundo asalto fue para el español por 4-1.

Con los dos boxeadores a solo tres minutos de encontrarse en semifinales con el británico Galal Yafai, Escobar siguió tomando el papel de púgil ofensivo, así como Bibossinov dio muestras de desgaste. Finalizado el definitivo round, tanto el español como el kazajo elevaron sus brazos en señal de victoria, a la espera de que se anunciase el veredicto arbitral. El asalto fue ganado por Escobar por 3-2, pero no sirvió.

Tres jueces dieron la victoria por decisión dividida (30-27, 29-28, 28-29, 28-29 y 28-29) al asiático. En el decisivo tercer asalto el oficial ruso y el marroquí puntuaron del lado de Bibossinov, asegurando una preciada medalla olímpica. Nuevamente un juez marroquí, Makfouni Abdellatif, privaba de una presea al boxeo español en los Juegos de Tokio. Si el viernes Bachir Abbar puntuó a favor de Julio César La Cruz ante Enmanuel Reyes, hoy un nuevo resultado controvertido favorecía al rincón contrario al de España.

Escobar supo contener su rabia sobre el ring, pero minutos después rompía a llorar en el micrófono de Arancha Rodríguez en la Cadena COPE. «Lo he dado todo. Estoy jodido», decía un decepcionado «Gabi» Escobar, que veía frustrado su sueño.

«Me vi que tiré más. En el primero me sorprendió con una mano y ya está. Con una mano no se gana el combate. Sé que ha estado igualado, pero he hecho más por pelear. El primero si se lo quieren dar a él, bueno, pero el segundo y tercero yo no me he visto perdedor», declaró el español.