Julius Julianis
@JulianisJulius

El irlandés Tyson Fury (24-0, 18 KO) es uno de los mayores provocadores del panorama pugilístico actual. Disputará el Mundial unificado WBA-IBF-WBO del peso pesado contra el vigente campeón, Wladimir Klitschko (64-3, 53KO) el 24 de octubre en Dússeldorf y desde que se firmó el combate ha redoblado sus esfuerzos por sacar de sus casillas al ucraniano.
Si ya antes de llegar a un acuerdo para la disputa del título Fury no dejaba ninguna semana sin increpar a Wladimir, tras la oficialización del choque la dinámica del gigantón británico ha sido similar a la de una ametralladora: no hay día en que el irlandés no amenice la mañana (o la tarde, o la noche…) con referencias a la apariencia física de Klitschko (“parece un anciano” “es muy chiquitín”) o amenazas variadas (“voy a barrer el piso con él”) tanto a través de la prensa como de la televisión y las redes sociales.
Esta semana Fury declaró a Sky Sports: “Si no soy capaz de dejar KO (a Wladimir Klitschko) entonces es que yo soy inservible. Si no bato a un hombre de 40 años, será conveniente que me prohíban boxear. Si no (le derroto) no boxearé nunca más porque no tendré capacidad para alcanzar mis objetivos. Os aseguro que voy a borrar a Klischko del mapa.”