Guillermo Esteban-Última Hora
Foto: Emilio Queirolo

La Furymanía se desató este domingo en House of Son Amar. El boxeador británico anunció que regresará a los cuadriláteros tras la victoria de Usyk sobre Anthony Joshua el sábado pasado en Arabia Saudí. The Gypsy King, de 34 años, vio el combate en una pantalla gigante en Mallorca rodeado de amigos y familiares y al finalizar publicó un vídeo en redes sociales en el que comentaba que saldría de su retiro para enfrentarse al púgil ucraniano, que retuvo sus títulos de campeón de WBA, WBO e IBF, además de adjudicarse el cinturón de la revista The Ring: «A esos dos los aniquilaría en una misma noche. ¡Menuda desgracia de combate! ¡Una mierda!», dijo el boxeador británico. Y a continuación dejó claro que volvería al ring: «¡El Gypsy King ha vuelto para quedarse».

Este domingo se quedó con el público de House of Son Amar, donde cerca de 500 personas acudieron a ver su After party tour, un espectáculo en el que el boxeador hizo un repaso de su vida. Los asistentes pagaron entre 75 y 300 euros por ver su actuación. Las entradas más caras incluían unos guantes firmados por The Gypsy King y botella de champagne, entre otros detalles.

Antes de empezar el show se fotografió con una legión de seguidores alzando el puño. Unas manos que a lo largo de su carrera le han servido para vencer a 32 rivales. A 23 de ellos los mandó a dormir por la vía rápida. El maestro de ceremonias presentó al padre del campeón de la WBC, John Fury, y a su mujer, Paris Fury, además de contar que Netflix está haciendo un documental sobre la vida del boxeador. «¿Algún español por aquí?», preguntó el presentador. Hubo pocas respuestas, la mayoría de espectadores eran ingleses.

El primero en aparecer en el escenario de House of Son Amar fue el padre del púgil de Manchester, que habló desde un sofá chester negro sobre la última pelea de su hijo en Wembley contra Dillian Whyte ante 94.000 personas y también se pronunció sobre el combate entre Usyk y Joshua. «Mi hijo está a otro nivel, es el número uno del mundo. El segundo es Wilder, el tercero Usyk y el cuarto Joshua», dijo. «La única forma de ganar al ucraniano es presionándole y no dejándole pensar, es un tipo talentoso».

Después de 40 minutos de charla del padre del púgil hubo una breve actuación de dos acróbatas que dieron paso a una subasta benéfica de guantes firmados, fotografías, carteles de veladas históricas, calzones, pósters de películas e incluso una camiseta del Manchester United firmada por Cristiano Ronaldo. Un hombre se llevó una fotografía de gran tamaño de Fury por 900 euros. Salió a recogerla y enseñó un tatuaje que lleva del boxeador en su pierna izquierda. El público también pudo comprar merchandising de Tyson Fury como camisetas, sudaderas, gorras, llaveros de guantes y un peluche pequeño del gigante Rey gitano, que mide 2,06 metros.

Usyk solo le queda por conquistar el cinturón de la WBC, que está en poder de Fury. La organización le ha concedido de plazo hasta el próximo 26 de agosto para que confirme si renuncia al título o si seguirá en activo para retenerlo. «Estoy seguro de que Tyson Fury no está retirado. Quiero pelear con él. Si no peleo con él, no peleo contra nadie», aseguró el ucraniano tras su victoria a los puntos ante Joshua por decisión dividida (113-115, 115-113 y 116-112). ¿Cumplirá The Gypsy king su palabra de volver al ring?