Daniel Pi
@BastionBoxeo

Cuando el pasado julio Tyson Fury (28-0-1, 20 KO) afirmó que la revancha contra Deontay Wilder era un hecho para el 22 de febrero, se produjeron reacciones contrarias de algunos de los implicados en las negociaciones, que señalaron que el combate no estaba sellado. No obstante, hace unas semanas, Fury insistió:

Sí, la revancha está firmada para el 22 de febrero, Las Vegas, Nevada. ¡Lo hice público en la Tv! El trato está cerrado. Si superamos nuestras siguientes peleas, entonces pelearemos el 22 de febrero en la revancha”.

Mientras por el lado de Fury todo parece estar en marcha para el gran duelo, teniendo este sábado su segundo rodaje, no se puede decir lo mismo de Wilder que, aunque desde antes de mayo lleva negociando su calendario para el final de la temporada 2019, todavía no ha confirmado ni siquiera su combate ante Luis Ortiz, que se consideraba hecho. Es más, hay que recordar que los planes de PBC pasaban por hacer que se midiese a Ortiz y Kownacki antes de que terminase el año, pareciendo que finalmente la preparación para el duelo de desquite ante Fury se reducirá a un segundo combate ante el veterano cubano. En los últimos días las noticias sobre esta última pelea se han reactivado y se espera una confirmación en breve.

Sea como sea, mientras el ambicioso calendario para Wilder pierde impulso y éste espera el anuncio oficial para su choque ante Ortiz (en principio tendrá lugar a finales de noviembre) Fury afrontará el sábado su segundo show en Las Vegas ante un oponente por debajo del nivel de la cumbre como el sueco Otto Wallin (20-0, 13 KO), elección de oponente que, aunque ha tratado de ser justificada por el entrenador de “The Gypsy King”, ha levantado un revuelo enorme, y no solamente por el recuerdo de la poca oposición que ofreció Tom Schwarz.

Y es que el entrenador y comentarista Teddy Atlas (actualmente es el técnico de Oleksandr Gvozdyk y posee su propio espacio de análisis) hizo notorio en Estados Unidos un vídeo en el que criticaba el nivel de Wallin por lo asequibles que han sido mayoritariamente sus contrincantes, señalando que uno de sus rivales, el georgiano David Gegeshidze, ni siquiera era alcanzado por el supuesto golpe que le llevó a la detención. Así, Atlas indicó respecto a Gegeshidze:

No conseguiría un trabajo como doble en una película de Rocky. Podría conseguir un trabajo pero tendrían que volver a hacer la escena, porque esto es demasiado obvio. Hace un piscinazo. ¿Por qué estamos buscando cómo decirlo?

Asimismo, respecto a la posición de Wallin como rival de Fury, Atlas indicó:

Los promotores no quieren que se ponga luz sobre ello porque de la misma manera la luz fue puesta sobre la pelea con Schwarz. Ellos querían vender esa pelea. Ellos querían vender al tío de la manera que necesitaban vender al tío. No tenía que ver con otra cosa que con intentar ganar dinero. No tiene nada que ver con la verdad. Tiene que ver con no mostrar lo que no quieren que se muestre que pueda frustrar lo que intentan hacer”.

Si antes de esto Wallin no era bien aceptado, después de que se difundiese la crítica de Altas, el próximo combate de Fury fue acogido todavía con mayor escepticismo por el público estadounidense, que todavía no está claro si acudirá en gran número al T-Mobile Arena de Las Vegas (Estados Unidos) para presenciar la pelea a pesar de que tendrá un buen respaldo y de que se producirá en el fin de semana de la festividad de la independencia mexicana, el considerado mejor momento por los promotores para organizar eventos en EE.UU.

Sobre el choque en sí desde el punto de vista deportivo, no se espera que esté disputado (se paga 1,04 € por el triunfo de Fury y 11 € por el de Wallin), puesto que Wallin, que sólo posee una victoria verdaderamente meritoria ante su compatriota Adrian Granat, va a afrontar un salto en nivel de oposición abismal para medirse al considerado mayoritariamente mejor peso pesado del mundo, un Fury que además es extremadamente poco convencional e inusitadamente ágil, hábil y veloz para su altura. Además, Wallin, aunque puede ser superior a Schwarz y aunque es considerado un púgil con cierta proyección, llega a esta pelea habiendo combatido un único round en el último año y medio, inactividad que le pasará factura ante un Fury que ha hecho 28 rounds en el mismo tiempo, 12 ante un campeón mundial como Wilder.

Quizás, la posición de zurdo de Wallin (el primer zurdo del top 15 al que el británico se enfrenta en su carrera), su altura (1,97 m) y su motivación por honrar la memoria de su padre (un exboxeador que falleció de ataque al corazón en mayo y que siempre apoyó la trayectoria de su hijo) le lleven a ofrecer un esfuerzo inconmensurable que pueda permitirle ser incómodo durante algunos minutos. Pero si Fury despliega sus recursos con un mínimo de agresividad no tardará en leer los jab-directo o jab-croché de su rival y en aprovechar el cohibido boxeo bajo ataque de su contrincante para desbordarlo con su mucho mayor alcance (18 cm de ventaja) y su infinita variedad de recursos, dependiendo de la resistencia y de la voluntad de Wallin, y sobre todo de la seriedad que quiera poner el exmonarca en el encuentro, para que la pelea llegue o no a la distancia.

El evento encabezado por el Fury-Wallin, y que contará también con el mundial del supergallo Navarrete-Elorde y con el Pedraza-Zepeda, será emitido en España por Eurosport 2 y Eurosport Player a partir de las 4:00 h de la madrugada del sábado al domingo.