Miguel Cotto ha encontrado en el entrenador estadounidense Freddie Roach la figura que guíe los últimos coletazos de su carrera, en la que llegó a conquistar el cinturón mundial WBC del peso medio ante Sergio «Maravilla» Martínez. El boricua, que ya está preparando su pelea del 25 de febrero con James Kirkland, colgará este año los guantes. Roach repasó la primera pelea de Cotto con Antonio Margarito, sobre el que hay serias sospechas, que no han podido ser demostradas, de que usó un vendaje ilegal. En su siguiente pelea, ante Shane Mosley, el mexicano fue descubierto con dicho material, recibiendo una sanción de un año.

«Margarito debería estar en la cárcel por intento de asesinato. Su sanción fue insuficiente. Estoy muy contento de ver que Miguel se repuso de ese revés y volvió en mejor forma», dijo Roach.