El imbatido doble campeón de España del peso ligero, el catalán Francisco León (23-0, 6 KO) (a la izquierda en la foto del combate), de 24 años, había sido designado por la EBU coaspirante para disputar el título europeo del ligero que se encontraba vacante.

El rival era el italiano Giancarlo Usai (46-6, 19 KO), de 29 años, siete veces campeón de Italia y que había perdido en sus dos intentos por el título europeo ante dos grandes como el escocés Ken Buchanan y el zaragozano Perico Fernández. El combate se celebró el 1 de junio de 1980 y hoy se cumplen 40 años.

Esto contaba el gran periodista catalán José Canalis en las páginas del Mundo Deportivo:

«El combate se celebró en el campo de Fútbol del Tarrasa y en una mañana luminosa, bañada por un sol «africano» precursor del cálido verano, Francisco León (61,050 kg.) se proclamó nuevo campeón de Europa de los pesos ligeros, al no permitir el médico al italiano Giancarlo Usai (60,300) que siguiera combatiendo mediado el noveno asalto, como consecuencia de un corte en la ceja izquierda por la que empezaba a manar sangre.

El resultado llegó sorprendentemente cuando la pelea había alcanzado precisamente su mayor grado de interés ya que León y Usai estaban combatiendo a fuerte tren. Puede decirse que la pelota estaba aún en el alero y fue una verdadera lástima la suspensión, pues quedó por ver todavía quien le podía a quien, “para ser un buen sucesor en el trono del anterior campeón, el irlandés Charlie Nash.

Español e italiano se jugaban mucho en esté combate y es indudable que ponían toda su atención en su tarea son descuidar su guardia e intentando en todo momento sorprender al rival para ganar los mejores puntos.
León, con su guardia invertida y mayor altura, parecía en principio poder dominar las operaciones. Pero Usai es una especie de ardilla siempre en continuo movimiento que se las sabe todas y un poco más, y casi nunca era un blanco en el que León pudiera pegar a placer.

No obstante, vimos a León más activo que otras veces. La fuerza de las circunstancias y lo que obligaba Usai, amén del incentivo que significaba la corona europea, le estimulaban a poner de su parte más ardor e intención y en varias fases se vio aflorar oportunamente sus
ambiciosos deseos de dominar a aquel adversario que no se daba un momento de reposo y pasaba como una exhalación a la réplica más inesperada.

La derecha de León se movió en ciertas ocasiones con soltura, para mantener distancias y la zurda también entró en acción diversamente.
Entretanto, Usai, procuraba imponer entrando y saliendo rápidamente, un espacio más corto. Hasta el sexto asalto las cosas anduvieron parejas, alternándose ambos en una lucha equilibrada, con alguna laguna, que procuró evitar el director de combate, el suizo Franz Martí, avisando a uno y a otro y evitando que prodigasen errores al margen del reglamento. De estos avisos, Usai fue el más alertado.

Pero en los períodos séptimo y octavo, Usai arrolló con más ímpetu sin cesar de atacar, mientras León movía su derecha en directo en fintas, como dando tiempo al tiempo aunque con algún signo de cansancio. El noveno ya fue el del desenlace. El árbitro reclamó al médico en el rincón de Usai, y aquel sentenció el resultado, al suspender la pelea.

Un veredicto que al llegar de esta forma dejó el ambiente un tanto frío, aunque, por otra parte quedase el campeonato europeo en poder de León. Desde ahora, el egarense tendrá de hacerse acreedor a un título de mucha responsabilidad, procurando aprender cada día un poco más. Decíamos que el combate estaba equilibrado y curiosamente las putuaciones de los jueces en el momento del desenlace eran, el belga Deswert sumaba en su cartulina 80 puntos para Usai y 78 para León. El otro juez de silla, el francés Horn 79-77 favorables a León y el suizo y director, de la pelea Franz Matí 77-77.

El italiano protestó ya que pensaba que la herida no era muy grave y podría haberla curado su preparador Rocco Agostino, ‘¿Qué podía esperar de un médico español?’, se quejó Usai.

León, por su parte, comentó que no estaba cansado, se estaba reservando para el empujón final, como le había indicado su preparador Alfonso Goya«.

León perdería el título en su primera defensa ante el excampeón europeo, el norirlandés Charlie Nash y ganaría dos títulos nacionales del superligero.