Hablando de Miguel Velázquez en España se equivoca hasta la máquina de la verdad; los buenos aficionados rememoran sus grandes combates pero no se encuentran reportajes filmados o youtubes suyos que nos muestren su técnica y estilo depurado, además algunos de sus datos son erróneos e incluso, hasta hace poco, Box Rec siendo el recordatorio de récords más fiable decía que su último combate lo había disputado con Jesús Canut, púgil con el que jamás se ha enfrentado; asimismo Wikipedia refleja también varios errores en la biografía de Miguel Velázquez.
Y nunca hemos leído que alguien mencione su primer nombre, tal como viene en su documento nacional de identidad, ni salga correctamente su fecha de nacimiento, que todos la retrasan tres meses… Pues anoten los recopiladores de datos su nombre y apellidos: Tomás Miguel Velázquez Torres, y su fecha de nacimiento fue el 27 de septiembre de 1944, no en diciembre como se lee en todas sus notas biográficas.

Recordemos que el tinerfeño es uno de los boxeadores españoles más laureados, siendo como amateur púgil internacional, olímpico, campeón de España y campeón mundial militar. Como profesional fue campeón de España y campeón de Europa en los pesos ligeros, y campeón del mundo en los pesos superligeros, también llamado welter jr.
Hemos de señalar que toda su carrera se desarrolló en los ligeros, aunque la oportunidad de disputar el título mundial de la categoría superior le llegó de carambola a punto de cumplir los 32 años, cuando llevaba más de 60 combates disputados. Fue en 1976 cuando estaba pensando en retirarse del boxeo -de hecho en 1973 ni subió al ring- que el promotor Martín Berrocal pensó en Velázquez como único boxeador europeo que por su técnica podía arrebatar a Muangsurín su título mundial, en combate a celebrar en Madrid. ¿Cómo podía ganar el tinerfeño a aquel fiero pegador tailandés seis años más joven, al que apodaban ‘la Sombra del Diablo’…?
Pues Miguel Velázquez se proclamó campeón del mundo ganando igual que lo hiciera Max Schmeling: por descalificación, y también perdería el cinturón igual que el alemán, ante el boxeador al que ganó y en la primera defensa del título. La similitud es idéntica pero no se puede comparar el trato que han dado en Alemania a Max Schmeling, al que idolatraron como un dios del boxeo y persona ejemplar -pese a su pasado nazi- y sin embargo a Velázquez en España se le distingue nada más que como un buen tío… y eso porque nadie le conoce fallos personales.

Repetimos que sus triunfos los logró en el peso ligero, pero una buena página americana ‘Clásicos del Boxeo’ considera a Velázquez uno de los mejores welter jr. de todos los tiempos: Miguel Velázquez siempre ha sabido nadar y guardar la ropa, tanto en su profesión como en su vida privada, dando a sus hijos carreras superiores para situarlos en posiciones muy ventajosas de sus vidas respectivas. Es un mérito de padre del que puede presumir, aunque viviendo en Madrid les llegó a prometer que cuando acabara el boxeo ‘nos iremos a vivir al paraíso, a Tenerife’, pero la promesa solo la cumplió él; pues sus hijos ya tienen sus familias que deciden destinos acorde a sus intereses.
Actualmente don Tomás Miguel hace un estilo de vida muy sencillo y ordenado en la isla que lo vio nacer. Su vida de deportista la sigue haciendo con 68 años, en cuanto a practicar sus tablas de gimnasia e incluso a recorrer largas caminatas como senderista. Por entender de nutrición, que estudió cuando dirigía la selección española, hoy suele llevar una dieta diaria muy sana, aunque su buen estado físico y anímico no niegan una buena barbacoa que le ofrezcan. Su carácter abierto y alegre le integra en cualquier grupo de amigos, empero tiene un exquisito olfato y buen juego de piernas para evitar malas compañías; no le gustan los malos rollos ni que le vengan a contar batallitas, y mucho menos si son de combates suyos. Hombre tranquilo, sano, franco, cordial y por demás generoso, sufre con las injusticias de todo tipo ya que es un amante de la ecuanimidad. El autor de este artículo conoce profundamente a Velázquez y por ello sabe que llevará una bronca suya, pues a él no le gusta que le dediquen elogios ni alabanzas; pero confieso que trato de describir a un hombre honrado a carta cabal, un tipo formidable en todos los aspectos, mejor dicho: un señor admirable… e injustamente ‘desconocido’.

El viernes 26 de abril en el salón noble del Cabildo de Tenerife a Velázquez le entregarán otro precioso título, el de «Hijo Ilustre de la Isla» como reconocimiento a la calidad personal de don Tomás Miguel Velázquez Torres, el único púgil canario que logró ser campeón del mundo, un defensor y publicista de la isla que lo vio nacer cuyo nombre se escribe ‘tener fe’ con una i en medio.

Rubén Moralejo Alcántara